lunes, 26 de enero de 2009

Teología de la Prosperidad: Engañosa y Mortal


Por John Piper

Cuando leo acerca de las Iglesias que predican la prosperidad, mi respuesta es: “Si yo no estuviera dentro del cristianismo, no quisiera estarlo”. En otras palabras, si ese es el mensaje de Jesús, no, gracias. Atraer a la gente hacia Cristo para hacerse ricos es tanto engañoso como mortal. Es engañoso, porque cuando Jesús mismo nos llamó, dijo cosas como:
“Cualquiera que no renuncia a todo lo que posee no puede ser mi discípulo” (Lucas 14:33).
Y es mortal, porque el deseo de ser ricos arroja a la gente “destrucción y perdición” (1Timoteo 6:9). A continuación presento mi petición a quienes predican el evangelio.

1. No desarrollen una filosofía de ministerio que haga que entrar al cielo sea más difícil para las personas.

Jesús dijo, “¡Cuán difícilmente entrarán en el Reino de Dios los que tienen riquezas!” Sus discípulos se quedaron perplejos, como muchos del movimiento de la “prosperidad” deberían estar. Así que Jesús elevó su sorpresa aun más cuando dijo:
“Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que el rico entrar en el Reino de Dios”
. Ellos respondieron con incredulidad: “¿Y quién podrá salvarse?” Jesús dijo: “Para los hombres imposible; mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios”
(Marcos 10:23-27).


Mi pregunta para los predicadores de la prosperidad es: ¿Por qué querrían desarrollar un enfoque ministerial que haga que entrar al cielo sea más difícil?

2. No desarrollen una filosofía de ministerio que estimula deseos suicidas en las personas.

Pablo dijo:
“Pero gran ganancia es la piedad con contentamiento, porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y con qué cubrirnos, estemos contentos con esto”. (1 Timoteo 6:6-8)
Pero más adelante, él advirtió acerca del deseo de ser ricos.
E implícitamente, advirtió en contra de los predicadores que alientan el deseo de ser ricos en lugar de ayudar a las personas a deshacerse de él.
Él advirtió:
“Porque los que quieren enriquecerse, caen en tentación y en lazo, y en muchas codicias locas y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición. Porque el amor al dinero es la raíz de todos los males; lo cual codiciando algunos, se descaminaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores”.
(1 Timoteo 6:9-10)
Así que mi pregunta para los predicadores de la prosperidad es: ¿Por qué querrían desarrollar un ministerio que anima a que la gente sea traspasada de muchos dolores y se hundan en la ruina y la destrucción?

3. No desarrollen una filosofía de ministerio que alienta la vulnerabilidad a la polilla y al orín.

Jesús advierte en contra del esfuerzo de acumular tesoros en la tierra. Esto es porque él nos dice que seamos dadores, no retenedores.
“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurta; sino haceos tesoros en cielo, donde ni polilla ni orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan” (Mateo 6:19).

Sí, todos guardamos algo. Pero dada la tendencia intrínseca que todos tenemos hacia la codicia, ¿para qué quitar nuestro enfoque de Jesús y poner todo al revés?

4. No desarrollen una filosofía de ministerio que convierte al arduo trabajo en un medio para amasar riquezas.

Pablo dijo que no debemos robar. La alternativa debe ser el arduo trabajo con nuestras propias manos. Pero el propósito principal no era solamente almacenar o incluso tener. El propósito era “tener para dar”. “Antes trabaje, obrando con sus manos lo que es bueno, para que tenga de qué dar al que padeciere necesidad”
(Efesios 4:28).
Esta no es una justificación para ser ricos de modo que podamos dar más. Es un llamado a hacer más y guardar menos, de modo que podamos dar más. No hay razón por la que una persona que gana $200,000 debería vivir de diferente manera que una persona que gana $80,000. Encuentren un estilo de vida cómodo, limiten sus gastos, y compartan lo demás.

¿Por qué querrían alentar a la gente a que piensen que deberían poseer riqueza para ser dadores generosos? ¿Por qué no mejor animarles a que mantengan sus vidas de una manera más simple y que así sean dadores mucho más generosos? ¿No agregaría eso a su generosidad un fuerte testimonio de que Cristo, y no las posesiones, es su tesoro?

5. No desarrollen una filosofía ministerial que promueve menos fe en las promesas de que Dios será para nosotros lo que el dinero no puede ser.

La razón por la que el escritor a los Hebreos nos dice que estemos contentos con lo que tenemos es que lo opuesto implica menos fe en las promesas de Dios. Él dice: “Sean las costumbres vuestras sin avaricia, contentos de lo presente (porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré). De tal manera que digamos confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me hará el hombre” (Hebreos 13:5-6).

Si la Biblia nos dice que estar contentos con lo que tenemos honra la promesa de que Dios nunca nos abandonará, ¿por qué querríamos enseñar a la gente que anhelen ser ricos?


6. No desarrollen una filosofía ministerial que contribuya a que su gente sea asfixiada hasta la muerte.


Jesús advierte que la palabra de Dios, que debe darnos vida, puede ser asfixiada de su efectividad por las riquezas. Él dice que es como una semilla que crece entre espinas que la asfixian hasta la muerte: “Y la que cayó entre las espinas, éstos son los que oyeron; mas yéndose, son ahogados de… las riquezas… de la vida, y no llevan fruto a perfección” (Lucas 8:14).

¿Por qué querríamos alentar a la gente a que persigan aquella cosa de la que Jesús nos advierte que nos va a asfixiar hasta la muerte?


7 . No desarrollen una filosofía de ministerio que quita el sabor de la sal y pone la luz debajo de una canasta

¿Qué hace que los cristianos sean la sal de la tierra y la luz del mundo? El deseo por las riquezas y la búsqueda de la riqueza sabe y se ve justamente como el mundo. Eso no ofrece nada diferente de lo que el mundo ya cree. La gran tragedia de la teología de la prosperidad es que una persona no debe tener un despertar espiritual para acogerla, uno solamente necesita ser codicioso. Enriquecerse en el nombre de Jesús no es la sal de la tierra o la luz del mundo. En esto, el mundo simplemente mira un reflejo de sí mismo. Y si funciona, se lo creerán.

El contexto de este discurso de Jesús nos muestra lo que es ser sal y luz. Esto consiste en la gozosa disposición de sufrir por Cristo. Aquí está lo que dijo Jesús:
“Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí. Regocijaos y alegraos, porque vuestra recompensa en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros. Vosotros sois la sal de la tierra… Vosotros sois la luz del mundo…” (Mateo 5:11-14).

Lo que hará que el mundo saboree (la sal) y vea (la luz) de Cristo en nosotros no es el hecho que amamos a las riquezas tanto como el mundo lo hace. Al contrario, será la disposición y la habilidad que los cristianos tenemos para amar a otros a través del sufrimiento, todo esto mientras nos regocijamos porque nuestra recompensa está en el cielo con Jesús. Esto es inexplicable en términos humanos. Estos es sobrenatural. Pero atraer a la gente con promesas de prosperidad es simplemente natural. No es el mensaje de Jesús. No es aquello para lo cual Él murió.

Por John Piper. Derechos Reservados: Desiring God. Website: www.desiringGod.org

viernes, 16 de enero de 2009

PRESENTACIONES NO ESCRITURALES DEL EVANGELIO.

Entre las múltiples millares de conversiones que han sido reportadas anualmente por iglesias, evangelistas, misioneros y organizaciones paraeclesiásticas. Sólo un pequeño número resulta biblicamente fructífero. Hay muchas formas en las que se manifiesta. Hay, primeramente, el problema de convertidos no cambiados. Un escalofriante número de esos que "profesan a Cristo" u "oran por salvación", no muestran evidencia de que han realmente nacido de nuevo por medio del Espíritu Santo. Sus vidas no han sido cambiadas. Hay también el problema de convertidos mundanos. Un vasto número de esos que se dicen ser convertidos a Cristo, permanecen en el mundo. Aman la misma música, modas, corren con la misma multitud, mantienen las mismas filosofías humanísticas y tienen el mismo pensamiento carnal que tenían antes de ser "convertidos". La multitud de seguidores de la música "rock cristiano", ilustran bien esta categoría. Más aún, hay el problema de convertidos ecuménicos, los cuales no tienen celo por la verdad y no tienen repudio por el error. Aceptan a cualquier hermano o hermana en Cristo, mientras que él o élla "ame a Jesús"; ignorando las advertencias de la Biblia de que hay falsos cristos. Éllos no prueban cuidadosamente los espíritus y doctrinas. De hecho, desprecian y se burlan de esos que, de acuerdo a la Palabra de Dios miden todas las cosas y que practican la separación bíblica. Los seguidores de los Guardadores de Promesas (Promise Keepers) ilustran esta categoría.

En este punto, debemos establecer claramente lo que significa el evangelio. De acuerdo a 1 Corintios 15:1-4, el evangelio es que Cristo murió por nuestros pecados, que fue sepultado, y que resucitó de entre los muertos al tercer día. La salvación es recibida gratuitamente por creer en este evangelio.

La misma Biblia que define el evangelio, también nos muestra cómo presentar el evangelio. Es posible presentar el verdadero evangelio en tal forma que produzca resultados pervertidos. Tal y como se está realizando por todas partes de las siguientes cuatro formas. No dudo que hay muchas causas del problema mencionado en el evangelismo, y creo que la presentación no escritural del evangelio está por arriba de la lista.

1. UNA PRESENTACIÓN DE SIMPLE-ORACIONISMO -- ERRANDO EN TRATAR CLARAMENTE CON EL ARREPENTIMIENTO.

En Hechos capítulo 17, vemos al Apóstol Pablo tratando con un grupo de incrédulos en la ciudad de Atenas. Aquí vemos la diferencia entre "simple-oracionismo" y el evangelismo de la Bíblia.

El Enfoque y Énfasis es Diferente.

El "Simple oracionismo", en su enfoque, enfatiza al Cielo y las bendiciones y el amor de Dios. El evangelismo Bíblico, en su enfoque, enfatiza la santidad de Dios y sus justas demandas sobre la humanidad; enfatiza la necesidad de arrepentimiento.

El sermón que Pablo predicó en el Areópago está grabado en los versículos 22-31. Es interesante que no dijo: "Hey, Atenienses, Dios les ama y el Cielo es maravilloso; ¿no quieren ir al Cielo cuando mueran? Es fácil, sólo crean en Jesús y oren esta oración conmigo". Este es el enfoque utilizado por el "simple oracionismo". Las Cuatro Leyes Espirituales de Campus Crusade, lo ilustra. Aborda al no salvo de esta forma: "Dios te ama y tiene un maravilloso plan para tu vida". Mientras que esto suena razonable y apropiado para esta generación positivamente orientada de enloquecida auto-estima, no es la forma que vemos en la Palabra de Dios.

La Exigencia Es Diferente

No sólo fueron la forma y énfasis de Pablo diferentes a las del "simple oracionismo", también sus requisitos lo fueron. El "Simple oracionismo", enfatiza la fe y la oración. "Sólo cree. No te preocupes sobre renunciar a algo; eso vendrá con tiempo. Sólo ora esta oración". El evangelismo de la Biblia, por otro lado, requiere arrepentimiento.

"Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan". (Hechos 17:30) Eso es lo que Pablo exigía de sus oyentes, y eso es exactamente lo que nosotros debemos exigir. El arrepentimiento no fue sólo algo predicado por Juan el Bautista. El arrepentimiento fue predicado por Cristo (Mateo 3:1,2; Lucas 5:32; 13:1-5). Él dijo: "No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento". La meta de Cristo al tratar con los hombres fue traerlos al arrepentimiento. El arrepentimiento fue también predicado por los Apóstoles (Hechos 2:38; 5:31; 17:30; 20:21; 26:20). La Biblia dice que Dios es "paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento" (2 Pedro 3:9). El arrepentimiento es la meta de Dios al tratar con los pecadores.

Arrepentimiento significa un cambio de mentalidad, que resulta en un cambio de vida. Esto significa voltearse del pecado a Dios. Los ejemplos de la Biblia sobre el arrepentimiento, muestran un claro cambio en el comportamiento de la gente. El cambio no nos salva del pecado, pero ES el fruto claro de salvación Bíblica.

Considere a Zaqueo. Él se arrepintió, y la evidencia es que entregó la mitad de sus bienes a los pobres y regresó lo que había robado a través de su mal habido negocio de cobro de impuestos, en cantidad cuadruplicada (Lucas 19:1-10). Considere los idólatras en Tesalónica. Éllos se arrepintieron y la evidencia fue que se "convirtieron de los ídolos al Dios vivo" (1 Tes. 1:9-10). Considere a los Judíos en Hechos 2, los cuales escucharon el sermón de Pedro en el día de Pentecostés. Éllos se arrepintieron, y la evidencia es que recibieron la palabra amablemente, fueron bautizados, y se unieron a los odiados Cristianos. Podríamos seguir y seguir. No hay ejemplo en la Biblia sobre gentes que fueron salvas y no mostraron evidencia de un cambio drástico en sus vidas. El arrepentimiento es un cambio de mentalidad, que resulta en un cambio de vida.

El enfoque que hay en la Biblia sobre el pecador es el de demandarle que se arrepienta y convierta hacia Dios. El Apóstol Pablo repitió su ministración ante el Rey Agripa y notó que fue a predicar tanto a Judíos como Gentiles "que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento" (Hechos 26:20). Este es exactamente el mensaje que debemos predicar ahora.

Predicar el arrepentimiento, significa el tratar directamente con el pecado. Hay un sentido por el cual podemos decir que la palabra "arrepentimiento" abarca todas las exigencias del evangelio en cuestión de la salvación. Es el cambio de mentalidad y una fe en Dios la que resulta en un cambio de vida, y eso es lo que Dios demanda del pecador. El traductor de la Biblia, William Tyndale, quién fue martirizado por su fe en Cristo, nos da la siguiente definición:

"Concerniente a la palabra ARREPENTIMIENTO... el mero sentido y significado en ambos Griego y Hebreo, es "convertirse y voltearse a Dios con todo el corazón, para conocer su voluntad, y para vivir de acuerdo a sus leyes; y para ser curado de la naturaleza corrupta, con el aceite de Su Espíritu y el vino de la obediencia a su doctrina". Cuando hay sinceridad en la conversión o volteamiento, estas cuatro cosas le acompañan o se encuentran incluidas: CONFESIÓN, no en el oído del sacerdote, porque ese es invento del hombre, sino a Dios, en el corazón, y ante toda la congregación de Dios; al ser nosotros pecadores y pecaminosos, y que nuestra completa naturaleza está corrompida e inclinada al pecado y a toda injusticia, siendo malignos, inicuos y condenables; y Su ley es santa y justa, por la cual nuestra naturaleza pecaminosa es reprendida, lo mismo que nuestro prójimo, si hemos ofendido a alguna persona en particular. Luego CONTRICIÓN, tristeza de ser tales pecadores condenables que, no sólo hemos pecado, sino que nos hemos inclinado totalmente al pecado. En tercer lugar, FE (o lo que nuestros viejos doctores no han si quiera mencionado en la descripción de su penitencia), de que Dios por la causa de Cristo nos perdona y recibe a misericordia, y es uno con nosotros, y que sanará nuestra naturaleza corrupta. Y en cuarto lugar, la SANTIFICACIÓN, o hacer reparación, no a Dios con obras santas, sino a mi prójimo que he herido, y a la congregación de Dios, la que he ofendido, (si algún crimen abiertamente se encontrara en mi) y sometiéndose a uno mismo en la congregación o iglesia de Cristo, y a los oficiales de la misma, para tener mi vida corregida y gobernada de ahora en adelante por ellos". (William Tyndale, "To The Reader", 1534) Note que este hombre de Dios envolvió a la confesión, contrición, fe y santificación, dentro del término arrepentimiento. No hay tal "simple oracionismo" aquí. El pecador que sería salvo debería arrepentirse y dicho arrepentimiento siempre resultará en una vida cambiada.

Esto significa que nosotros no podemos tener la actitud de que sólo trataremos con el pecado después de que la persona recibe a Cristo; como la filosofía de muchos. Si el pecador trae su amor por el licor o por relaciones inmorales o por las apuestas, algunos piensan que es mejor demorarse en confrontar esas cosas hasta que la persona venga a Cristo. Algunas veces ésta es la mejor póliza, pero, sólo si es que el pecador está claramente bajo la convicción del Espíritu Santo sobre su pecado y está claramente listo para arrepentirse y convertirse a Cristo. Si el pecador indica que no tiene intención de voltearse de su pecado, no está arrepentido.

Cuando mi esposa y yo comenzamos primeramente nuestro trabajo en la tierra de Nepal, en 1979, el dueño del terreno comenzó a venir a nuestra casa a tener estudios de la Biblia. Él era un rico Hindú de mediana edad y tenía una concubina con la cual pasaba la mayor parte de su tiempo, era casado y tenía hijos grandes. Después que le mostramos el evangelio unas pocas veces, él me dijo que estaba interesado en recibir a Cristo, pero necesitaba saber que debería hacer en relación a dos cosas específicas en su vida: La práctica de sus negocios dudosos y sus relaciones ilícitas con su concubina. Yo pude haber dicho: "No se preocupe acerca de esas cosas. Sólo ore para recibir a Cristo y esas cosas se resolverán después". Pero, yo no creo que eso sea un consejo Escritural. No creo que puede recibir a Cristo y ser salvo sino hasta que se arrepienta de su inmoralidad y su deshonestidad.

Durante nuestro trabajo en Asia del Sur, pudimos haber hecho que la mitad de la gente en Nepal orara una oración, si hubiéramos querido eso. Si sólo les hubiéramos preguntado si querían ir al cielo cuando murieran y si aceptaban orar una oración de pecador. Un gran porcentaje de éllos hubiera orado a voz baja. Éllos están acostumbrados a las trampas, cantos, y utopías misteriosas y seguramente hubieran visto a la oración en la misma luz. Si les hubiéramos motivado sólo a creer, sin tratar sobre el arrepentimiento, pudimos haber tenido una multitud de "creyentes" Hindues no arrepentidos; pero, ¿creyentes en qué? Éllos creían profundamente en que Jesús era un dios, que era bueno, que les amaba. Era muy común, pues, que en lugar de que se volvieran a Cristo como único Dios y se convirtiesen DE sus ídolos; éllos sólo querían añadir a Jesús entre sus otros dioses.

Durante nuestras reuniones evangélicas allá, si hubiéramos pedido que alzaran las manos esos que quisieran ser salvos e ir al Cielo, la mayoría de las manos se hubieran levantado. Pero supimos que la mayoría de los Hindues no estaban dispuestos a convertirse DE SUS ÍDOLOS a Cristo, y cargar el pesado oprobio y persecución de su gobierno y vecinos. En otras palabras, no estaban listos para ser salvos.

Sin arrepentimiento, no hay salvación. "Os digo: No, antes, si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente" (Lucas 13:5). Es un imperativo el tratar con la gente sobre su pecado y el arrepentimiento.

Algunos pueden decir: "Sí, pero, eso sucede en Nepal, donde la gente nunca ha escuchado el evangelio; las cosas son diferentes aquí". Es verdad que las cosas son diferentes aquí, pero el promedio actual por persona en Norteamérica, es casi tan ignorante del evangelio como alguien en el Sur de Asia. La persona promedio con la que nos encontramos en muchas partes de Norteamérica, no tiene conocimiento de las enseñanzas de la Biblia, ni siquiera de sus historias y contenido básico. Su mente está llena de evolucionismo y mitos de la nueva era. Alguien que ha sido educado en el sistema de escuelas públicas de Norteamérica y que no ha tenido un sano entrenamiento bíblico, está actualmente más predispuesto para creer que la Biblia es la infalible Palabra de Dios, que el Hindú en la obscura Asia. Lo mismo sucede en Inglaterra, Europa y Australia.

Los principios de la Biblia sobre el tratar con la gente, son los mismos sin importar dónde se encuentra la gente. La Biblia exige el arrepentimiento.

Cuando el Señor Jesús trató con el joven rico que preguntó sobre su salvación, Él no le dijo que orara una oración. Él trató directamente sobre su amor por las riquezas, su codicia y orgullo. El joven tenía que arrepentirse de ese profundo pecado en su vida, antes de que pudiera ser salvo. El joven se fue triste, la Biblia dice, porque tenía muchas riquezas. Considere a Cristo tratando con la mujer en el pozo. Él la encaró frente a la inmoralidad que había controlado su vida y le pidió que se arrepintiera de ese asunto. Esta es la forma en que Dios siempre trata con la gente, y es la forma que lo debemos hacer nosotros también, si queremos seguir la Biblia en nuestro trabajo evangelístico. Predicar el arrepentimiento, significa lidiar con los pecados que la gente mantiene, y decirles claramente que necesitan arrepentirse de pecar contra Dios.

La Expectativa Es Diferente

El "Simple oracionismo", parece esperar un interés manifiesto en el evangelio y un deseo de orar una oración, de parte del pecador. Pero, el mero interés en Cristo, no es la salvación, y tampoco en el deseo de orar una oración. El evangelismo bíblico, por otro lado, ve por la convicción sobrenatural que ha sido traída por Dios. Yo he estado ganando almas con muchos hombres que han animado a la gente a orar una oración, en el momento que era obvio para mi, por lo menos, que no estaban bajo ninguna convicción de pecado y no tenían intención de arrepentirse hacia Dios. No me sorprende cuando esta gente a menudo, ni siquiera visita la iglesia.

Hace algunos años, mi esposa y yo fuimos responsables de seguir el programa de visitación de ganar almas del grupo de damas en cierta iglesia. Este programa fue establecido por un plan que se enfoca en "tener decisiones", y tiene formas inteligentes de manipular a la gente a decir una oración de salvación. No era poco común para las damas regresar de esta visitación y regocijarse de que tres, cuatro, o diez "almas fueron salvas". El problema es que estas "almas salvas" usualmente no tienen el mínimo interés en venir a la iglesia, el bautismo o cualquier otra cosa espiritual.

¿Por qué es muy a menudo una lucha o guerra el discipular a los que han orado una oración de pecador? Porque muy a menudo, no son salvos; nunca han estado bajo la convicción del Espíritu Santo; éllos ni siquiera entienden el evangelio; nunca se han arrepentido de su pecado. Muy a menudo, ni siquiera se les ha animado a orar una oración. El trabajador personal buscó lo incorrecto. Buscó sólo el mínimo interés de parte del pecador, cuando debió haber buscado algo traído por el Espíritu Santo, algo real y profundo.

No estoy hablando acerca de poner a la gente en un una larga y asfixiante agonía sobre su pecado. Cuando es evidente que Dios está poniendo convicción y dándoles arrepentimiento, es el momento de enfocarles a Cristo, como el que cargó sus pecados. Éllos no tienen que seguir la fórmula de alguien para afligirse por sus pecados. La gente es diferente y los individuos reaccionan diferente a la convicción del Espíritu Santo; pero, TIENEN que tener la convicción de su iniquidad ante Dios y TIENEN que estar claramente arrepentidos. Si esto falta, no es una salvación de acuerdo a la Biblia.

Los antiguos tenían lo que llamaban "el cuarto de preocupación" y el "banco afligido". El cuarto de preocupación, era el lugar donde los no salvos podían ir cuando estuvieran bajo convicción. Esto es por lo que usaban el término "preocupación". La gente tenía que estar preocupada por su pecado y condición perdida, si estaban listos para ser salvos. La banca afligida era algo similar. El término "afligido", se refería al pecador bajo la convicción del Espíritu Santo sobre el pecado. ¿Dónde está el cuarto de preocupación hoy? ¿Dónde está el banco afligido? La mayoría de las iglesias ya no tienen algo así, porque una nueva metodología ha llegado y la preocupación y aflicción por el pecado no es algo esperado. No estoy diciendo que debemos poner a la gente en una rutina asfixiante de aflicción, pero la Biblia claramente muestra que la gente que fue salva, estaba bajo plena convicción sobre su pecado contra Dios y estaban abiertamente arrepentidos hacia Dios y su rebelión contra Él.

Nosotros los Fundamentalistas, criticamos las conversiones superficiales de las estrellas deportivas y de Hollywood, que obviamente les falta la convicción del Espíritu Santo y el arrepentimiento; pero, me temo que estamos promoviendo el mismo tipo de formas superficiales y positivas usadas, y creo que este es uno las culpas del problema.

Un evangelio débil, produce convertidos débiles. ¿Hay alguna sorpresa en que las Cuatro Leyes Espirituales, produzcan convertidos que no ven nada mal en la música rock o con las producciones de cañería de Hollywood, o en el bailar, o con el mezclarse con el Romanismo y Modernismo y Carismatismo? Los seguidores de los Neoevangélicos ven poco o nada de malo en estas perversidades. No debería sorprendernos. Un evangelio débil, produce convertidos débiles.

¿Qué hay sobre el evangelio presentado tan frecuentemente en círculos Bautistas fundamentales? ¿Qué tipo de convertidos estamos produciendo en nuestras iglesias hoy día? Ciertamente, demos gloria a Dios porque hay admirables santos de Dios entre nosotros; pero, hay también un gran grupo de débiles convertidos. Convertidos que no tienen celo por la verdad. Convertidos que no tienen realmente amor por la Biblia. Convertidos que no se preocupan lo suficiente sobre la iglesia y sobre asistir el Domingo por la tarde o a los servicios de media semana. Convertidos que nunca han intentado ganar a alguien a Cristo. Convertidos que no tienen discernimiento entre la verdad y el error, que verán a un predicador Carismático por la televisión y se impresionarán con su sutil emocionalismo, o escucharían a un psicólogo por la radio y pensarán que es un gran hombre de Dios. Convertidos que se sienten como en casa estando en el mundo como la gente perdida lo está. Éllos ven las mismas películas perversas de Hollywood, y tienen el mismo vil programa de televisión cada noche; se ríen de los mismos comediantes sucios; van igual de medio desnudos a las mismas playas y escuchan la misma música mundana.

No estoy tratando de ser descortés. Estoy tratando de enfocar un tremendo problema. Yo pienso que muchos de estos "convertidos" no son salvos. ¿No podría ser que este campo de convertidos débiles está siendo producido por una presentación débil del evangelio, una forma que ha sido adoptada de la gente del mundano Cristianismo ecuménico? Muy a menudo, estamos tratando de disciplinar a personas, que nunca han realmente experimentado una verdadera convicción, arrepentimiento y regeneración.

Comprendo que algunos de los más renombrados lideres Bautistas fundamentales de las últimas décadas han popularizado este tipo de acción: Enfatizan números de decisiones u oraciones, en lugar de arrepentimiento y salvación bíblica; pero, no debemos seguirlos en esto. Nos están guiando lejos de la Biblia.

Como los predicadores en el libro de los Hechos, nosotros debemos buscar una cosa en nuestro trabajo evangelístico, y eso es la convicción y arrepentimiento traido por el Espíritu Santo.

El Conteo es Diferente

El "simple oracionismo" cuenta oraciones, decisiones, profesiones; mientras que el evangelismo de acuerdo a la Biblia, cuenta la fe y arrepentimiento en corazones que han sido trabajados por el Espíritu Santo, resultantes en una nueva forma de vida. El evangelismo bíblico cuenta las regeneraciones bíblicamente genuinas, y no se interesa en algo menos.

Contrasta con los reportes que escuchamos sobre "almas salvas". Un misionero de un país europeo oriental, escribió recientemente y dijo que 250 fueron salvos durante el año pasado. Sólo once fueron bautizados, y había sólo cerca de 10 que asistían a los servicios de la iglesia. ¿Pareciera como si esas 250 personas realmente se arrepintieron de sus pecados y recibieron a Cristo como Salvador? No, parece como si, tal vez, sólo once lo hicieron. Los otros fueron el resultado del "simple oracionismo". ¿Por qué no decir que 250 oraron una oración o que 250 hicieron un tipo de decisión, o 250 mostraron un interés pasajero en el evangelio? Esa es la verdad del asunto. ¿Por qué confundir las cosas y decir que 250 fueron salvos, si no hay evidencia bíblica de que lo fueron? ¿Por qué decir que los ángeles en el Cielo se están regocijando de estas "decisiones", cuando no hay evidencia de que esa salvación sucedió? La verdad no entiendo la motivación para hacer todo eso.

No creemos que sea malo contar a los convertidos. La Biblia cuenta a los convertidos en varias ocasiones. Sólo cuenta a los verdaderos convertidos, no sólo a la gente que oró una simple oración o cosa por el estilo. Cuanta a esos que demostraron regeneración. Esos salvos en el día de Pentecostés fueron contados, porque demostraron una clara evidencia de arrepentimiento. Continuaron firmemente en la doctrina de los Apóstoles y en la comunión unos con otros, partimiento del pan y oraciones.

Esto es lo que vemos en Hechos 17. La Biblia nos dice de ésos que respondieron al mensaje de Pablo. Hay tres grupos. Algunos fingidos. Otros dijeron lo siguiente: "Ya te oiremos acerca de esto otra vez." Pero de un tercer grupo mencionó: "Mas algunos creyeron, juntándose con él..." (v. 34).

La Biblia se enfoca a esos que mostraron una genuina evidencia de haber nacido de nuevo. Éllos creyeron. Eso fue lo que les trajo salvación, pero su creencia resultó en fidelidad. Éllos siguieron a Pablo. Estuvieron con él. Cuando partió de la reunión, se fueron con él. Se fueron a la casa con él; fueron a la iglesia con él; y siguieron sus enseñanzas. ¡Se unieron con los Cristianos! Su creencia, resultó en un cambio drástico. Siempre es así. Algunos demuestran el cambio más rápida y dramáticamente que otros, pero siempre hay un cambio claro en esos que son nacidos de nuevo

Esta es realmente la salvación bíblica. Cuando usted ve a gente siendo bautizada y siendo fieles a la casa de Dios, creciendo en las cosas de Cristo, tiene una buena razón para regocijarse y decir que fueron salvos; que las campanas del cielo están sonando. Por otro lado, cuando la gente ora una oración para salvación y hace "decisiones" para Cristo, pero no están interesados en ser bautizados, venir fielmente a la iglesia, aprender de la Palabra de Dios y estar con el pueblo de Dios, no fueron salvos y no debemos contarles como tales.

Hacer que la gente ore para "recibir a Cristo" cuando no están bajo la convicción de pecado y no están listos para arrepentirse, y decir que la gente es salva cuando no muestran evidencia de salvación bíblica, es confundir el evangelio en la más fantástica forma. Se llena el campo con gente que está enferma del evangelio. Cuando usted trata de hacerles ver su necesidad de Cristo, le dirán: "Ya lo hemos hecho". ¿Hecho qué? Bien, han orado una oración, han ido a través de esos mecanismos. ¿De dónde han sacado la idea de que la salvación es sólo una oración sin un cambio de vida? La han sacado de esos que están promoviendo este tipo de cosa. El fruto, mis amigos, ha sido algo escalofriante. Los Carismáticos y Neoevangélicos son los culpables de esto; pero, como hemos notado, hay muchísimos Bautistas fundamentales.

Por un número de años prediqué en una cárcel local, y era muy común para los que venían al estudio de la Biblia decir que eran salvos. Cuando les preguntábamos, por qué creían que eran salvo, abiertamente se referían al momento cuando oraron una oración, caminaron por el pasillo de una iglesia, o fueron bautizados. Cuando nosotros le preguntamos si sus vidas habían cambiado, éllos usualmente reconocían que no. Éllos asociaban la salvación, con un tipo de ritual religioso, tal como orar una oración o caminar por un pasillo. Usualmente mostraron muy poco o ningún remordimiento por su pecado y por el crimen que les tenía en la cárcel. No parecían entender que mal testimonio y que tremendamente incongruente es para un Cristiano estar en la cárcel por su propio comportamiento pecaminoso. Muy a menudo, estaban llenos de la misma auto-justificación y decepción que los inconversos muestran cuando están igualmente en prisión.

Era muy extraño que enfocaran una relación bíblica con Jesucristo. Raramente dijeron: "Sé que soy salvo, porque recuerdo cuando fui a Cristo Jesús y le recibí como mi Señor y Salvador; caminé y hable con Él; le serví; ¡fue un gozo!; pero luego fui insensato y me extravié". Cuando daban un testimonio como este, podríamos tener razón para decir que realmente eran salvos, particularmente si mostraban un genuino remordimiento sobre su pecado y su extravío contra Dios.

Necesitamos hacer todo lo posible en nuestras fuerzas para hacer que la gente entienda que una oración sin arrepentimiento no hace una salvación, y ni siquiera se parece a muchos rituales religiosos. Estas personas no necesitan ser aconsejado para crecer en Cristo, ¡necesitan ser aconsejados sobre la salvación! Si un pecador arrepentido, bajo convicción de pecado, ora para ser salvo, Cristo le recibirá y será salvo -- y su vida cambiará. Si, por otro lado, una persona no arrepentida, ora; nada espiritual ni eternal sucede. No seamos culpables de hacer pensar al pecador de forma diferente.

Predicar el arrepentimiento no es "salvación de señorío". No es algún tipo de metodología Puritana. No es una salvación por obras. Es simplemente un evangelismo bíblico.

2. UNA PRESENTACIÓN INSUFICIENTE -- ERRANDO EN DEFINIR LOS TÉRMINOS DEL EVANGELIO PARA QUE LOS OYENTES, CLARAMENTE ENTIENDAN, Y FRACASANDO EN CONTRASTAR EL VERDADERO EVANGELIO CON LOS FALSOS EVANGELIOS.

Otra razón por la que mucho trabajo evangelístico hoy produce frutos no escriturales, es por la falla en la definición de los términos del evangelio claramente, y su falla en el contrastar el verdadero evangelio con los falsos evangelios conocidos por los oyentes.

En nuestro ministerio anteriormente mencionado en una cárcel local, fuimos continuamente recordados de que es crucial definir los términos del evangelio cuidadosamente. Muchos que venían a nuestros estudios de la Biblia, nos dijeron que habían confiado en Cristo como su Salvador, pero, cuando fuimos más profundamente sobre su fe, encontramos que no creían la Biblia. Una mujer nos dijo que era Metodista y conocía a Cristo como su Salvador. Le pregunté si creía que era pecadora, y dijo que sí. Después le leí Jeremías 17:9, sobre el corazón engañoso sobre todas las cosas y perverso; y luego le leí el Salmo 58:3, sobre el que vamos por mal camino desde el vientre, hablando mentiras. Élla inmediatamente replicó que no era pecadora en ese sentido, que era básicamente una buena persona y que no creía que Dios la pudiera mandar al Infierno por sus "pecados" pequeños. Si no hubiéramos tenido tiempo de definir bíblicamente el pecado, su falsa profesión no hubiera sido expuesta y la hubiera aceptado como una genuina Cristiana.

La mayoría de los tratados evangelísticos cometen este error. Los escritores de los folletos asumen que el lector conoce los términos como: Pecado, gracia, expiación, fe y arrepentimiento; pero, no es así. Si la persona no está bajo una enseñanza sana de la Biblia, no entenderá ninguno de estos términos propiamente, cuando los escuche o los vea en un versículo de la Biblia. La mayoría de la gente inconversa, piensan que el pecado es sólo unos pecados escandalosos como el adulterio o asesinato. También llegan a pensar que es un problema o necesidad psicológica. Pueden también pensar que es una falta de tolerancia o crueldad con los animales, o falta de preocupación por el medio ambiente. Debemos tener mucho cuidado al definir los términos evangelísticos de las Escrituras, para que la gente los entienda, y cuando comprendan su pecado y crean en el Señor Cristo Jesús, no lo harán con falsos conceptos en sus mentes. La Biblia dice que somos salvos por obedecer en el corazón "a aquella forma de doctrina a la que fuisteis entregados" (Romanos 6:17). Si una persona cree un concepto falso del evangelio, no es salvo.

Un error similar ocurre cuando el evangelio es predicado, pero no es claramente contrastado con los falsos evangelios. Las cruzadas evangelísticas de los ecuménicos, habitualmente cometen este error. La predicación evangelística ecuménica hacia un grupo de Protestantes y Católicos Romanos no clarificará el evangelio, porque no quiere ofender a esos que defienden otro evangelio. En este contexto, por ejemplo, no es suficiente decir que la salvación es por gracia. La Iglesia Católica enseña que la salvación es por gracia. Algunas veces la Iglesia Católica dice que la salvación es sólo por gracia, pero no como la Biblia habla de la gracia. La Iglesia Católica dice que nadie puede ser salvo por la gracia de Cristo solamente, sin las obras de los sacramentos. Definen la gracia como si incluyera obras, pervirtiendo así el evangelio del Señor Jesucristo. El Concilio de Trento, que ha sido reafirmado por muchos concilios católicos modernos, incluyendo el del Vaticano II, a mediados de la década de los sesentas, estableció: "Si alguien dijera que la fe justificante es sólo una confianza en la divina misericordia perdonadora de pecados por causa de Cristo, o que esa es la confianza solamente por la que somos justificados... sea anatema" (Canon 12). Las declaraciones del Concilio de Trento nunca han sido canceladas. Esto es lo que la Iglesia Católica Romana aún cree hoy día. Considere dos declaraciones del Nuevo Catecismo Católico: "El Señor mismo afirma que el Bautismo es necesario para la salvación" (Nuevo Catecismo Católico, 1257). "La Iglesia afirma que para los creyentes, los sacramentos del Nuevo Pacto, son necesarios para la salvación" (Nuevo Catecismo Católico, 1229).

Cuando Roma habla de la salvación por gracia, no quiere decir la gracia gratuita del evangelio apostólico. Ha pervertido el significado de gracia al mezclarlo con los sacramentos y gracia. Contrastando a Romanos 11:6 "Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra".

Si un evangelista predica el evangelio a esos que han sido enseñados en un falso evangelio, debe contrastar el verdadero evangelio claramente con el falso evangelio. Si no lo hace, es culpable de guiar a la gente con falsas impresiones de lo que la salvación significaba.

CONFUSIÓN EN NUEVA ORLEANS

En 1987, fui el testigo de la confusión que resulto por falta de contrastar el verdadero evangelio con los falsos. Recibí credenciales de prensa para asistir al Congreso Norteamericano sobre el Espíritu Santo y Evangelización Mundial en Nueva Orleans, en Julio de 1987. Había alrededor de 40 denominaciones representadas. Más de 200 oradores presentaron sus mensajes durante el Congreso. Cincuenta porciento de esos que atendieron eran Católicos Romanos. Una misa Católica fue ofrecida cada mañana. El sacerdote Católico Tom Forrest, que encabezaba a Roma y su programa de Evangelización 2000, trajo el mensaje de clausura. Una noche un evangelista Carismático concluyó su mensaje con una invitación evangelística. Dijo a la multitud que si alguien no estaba seguro de su salvación, deberían pararse para orar con el la oración de pecador. Por lo menos el cincuenta porciento de la multitud de 40-50,000 se puso de pié. Al siguiente día en la conferencia de prensa, uno de los reporteros mencionó lo que había ocurrido en la noche anterior y preguntó a los líderes de el Congreso, por qué no definían claramente el evangelio y exponían los falsos evangelios, para que los presentes pudieran conocer lo que es la salvación. Éllos explicaron que no tenían tiempo de hacer eso. No estaba en su agenda. Creo que la verdadera razón es por que para predicar el evangelio claramente en esa forma que contraste con los falsos evangelios, destruiría su armonía ecuménica. La unidad ecuménica no puede ser mantenida, cuando la doctrina se define precisamente y el error es contrastado. Un predicador fiel debe levantar la voz y proclamar que el bautismo no nos salva y los sacramentos no nos salvan y las iglesias no nos salvan y los sacerdotes no nos salvan y María no nos salva y los santos no nos salvan. La Salvación es estricta y solemnemente por fe en la expiación de Cristo Jesús. Cualquiera que mezcle obras o sacramentos con la salvación, ha pervertido el evangelio y está maldecido por Dios (Gálatas 1). Cualquier falla en aclarar esto, dejará a los oyentes en un estado confuso, vanamente confiando en un falso evangelio para llevarles al cielo.

"ENAMORARSE DE JESÚS"

En Abril de 1995, Luis Palau predicó a estimadamente 26,000, en cuatro reuniones en Kathmandu, Nepal. El reporte en la revista Carisma, afirmó que siendo ilegal el proselitismo de Hindues, "Palau animó a los Nepalenses a 'enamorarse de Jesús' en lugar de exhortarles a renunciar al Hinduismo".

Para un Hindú, el "enamorarse de Jesús", no es la misma cosa que arrepentirse de su idolatría y pecado y recibir a Cristo Jesús como el ÚNICO Señor y Salvador. Vivimos con los Hindues y le predicamos por 10 años, y en mi estimación, es un crimen para un evagelista el pedir a un Hindú el "enamorarse de Jesús". Permítame hacer dos preguntas para ilustrar la perversidad de esta inadecuada predicación.

Primeramente, Palau dijo a los Hindues que se "enamoraran de Jesús", ¿PERO, QUE DE LOS OTROS DIOSES QUE LOS HINDUES ADORAN? La primera inclinación de muchos Hindues, cuando escucharon el evangelio es el añadir a Jesús entre sus otros dioses. Le hacen el dios favorito, pero no el ÚNICO Dios. Continuan en su idolatría; aún siguen su camino al Infierno; pero ahora tiene a "Jesús" como su dios preferido.

Segundo, Palau les dijo a los Hindues que se "enamoraran de Jesús", ¿PERO, CUAL JESÚS? Los Hindues en Kathmandu ven todos los tipos de pinturas Católicas de Jesús (un Jesús de pelo largo, Sagrado Corazón de Jesús, bebé en manos de María, etc.) que están en venta en las calles al lado de las pinturas de los dioses Hindues. ¿Es ese el "Jesús" del que se deben enamorar? Los sacerdotes Jesuitas han estado en Nepal mucho más que cualquier otro extranjero. Tienen escuelas e iglesias y cada Hindú en Kethmandu sabe que los Católicos dicen ser "Cristianos", y que predican a "Jesús". ¿Cómo conocerán que el Jesús Católico es un falso Jesús, si un evangelista no les dice claramente esto? Los evangelistas ecuménicos, rehusan el predicar el evangelio claramente.

EVANGELISMO MASIVO EN ASIA

Uno de nuestros amigos es misionero a las Filipinas. Me ha dicho que no da mucho valor al uso del evangelismo masivo, por causa del común mal uso de estos métodos. Cuando los evangelistas y misioneros conducen reuniones de evangelismo masivo e invitan a sus oyentes a "levantar la mano si quieren recibir a Jesús", sin explicarles claramente lo que significa el recibir al Señor Jesucristo, están creando una gran confusión. La gente Católica Romana en Filipinas está acostumbrada a "recibir a Jesús" repetidamente. Éllos "reciben a Jesús" en el bautismo, confirmación, en la Misa, en el confesionario, en oraciones diarias; pero, no entienden el evangelio bíblico completo y la salvación eterna provista por la confianza en la Expiación de Cristo hecha una sola vez y para siempre.

CATÓLICOS NACIDOS DE NUEVO

Un amigo misionero que ha trabajado por muchas décadas en Quebec, me ha descrito los cambios que han ocurrido en la Iglesia Católica Romana en ese lugar. Antes de los setentas, casi nunca encontraba a un Católico en Quebac que tuviera una Biblia, o que entendiera la terminología bíblica sobre la salvación. En estos días, puede encuentra ese tipo de Católicos. Cuando le pregunta a los Canadiences Franceces si han nacido de nuevo o si han recibido a Cristo como su Salvador personal, algunos contestan afirmativamente. Muchos son Católicos carismáticos, que dicen haber recibido a Cristo como su Salvador en una reunión carismática que había ocurrido hace algunos años; un menos astuto misionero pudiera ser engañado por esta respuesta. Sin embargo, continuó en el asunto preguntándole: "¿Quiere usted decir que antes de recibir a Cristo en esa reunión, usted estaba perdido y destinado al Infierno? La persona rápidamente contesta: "No, no es así; recibí a Cristo en mi confirmación". El misionero le pregunta de nuevo, "¿Significa que antes de eso, usted estaba perdido y destinado al Infierno? El individuo, algo frustrado, respondió: "No, también recibí a Cristo en mi bautismo cuando era un infante". Llega a ser evidente que el individuo está usando terminología bíblica y aún usando el diccionario Católico y aún siendo fiel al falso evangelio católico sacramental.

EXPERIENCIAS EN NEPAL

Hace años, cuando llegamos a Nepal para comenzar nuestro trabajo misionero, se me pidió enseñar una serie de estudios de la Biblia en una de las iglesias. Querían que enseñara sobre los cultos o sectas. Decidí comenzar con el Catolicismo Romano. Supe que los Jesuitas habían fuertemente influenciado el lugar, pero no sabía lo estrechamente asociados estaban con el Romanismo muchos de nuestros maestros foraneos, trabajadores sociales y Cristianos Nepalies. ¡Lo descubrí pronto! Ese primer estudio de la Biblia se convirtío en el último bajo el auspicio de esa iglesia en particular, que en ese tiempo era la más grande en Nepal. Cuando completé el estudio bíblico, una dama, maestra y "misionera" de la Mision Unida para Nepal, se levanto y apuntando su dedo hacia mi y en una manera descarada proclamó: "Nadie va a decirme que no puedo tener compañerismo con mis amigos Católicos. Yo voy a Misa con éllos algunas veces y lo disfruto". Élla estaba muy enojada. El pastor Nepalí que me había invitado, mansamente, no dijo palabra, pero canceló el resto de mi programa de estudios bíblicos calladamente. Eso fue en 1979.

Si el predicador evita las doctrinas controversiales, no predica el arrepentimiento y la separación, no define suficientemente los términos del evangelio, no contrasta claramente el verdadero evangelio con los falsos evangelios, puede ser popular con la rebelde multitud de ecuménicos. Por otro lado, es un traidor a la verdad y a esos a los cuales es responsable de predicarles el completo consejo de Dios.

3. UNA PRESENTACIÓN POSITIVA - ERRANDO EN ESTABLECER UN FUNDAMENTO APROPIADO SOBRE LA SANTIDAD DE DIOS Y LA PECAMINOSIDAD DEL HOMBRE.

El libro de Romanos fue escrito para presentar el evangelio del Señor Cristo Jesús, sistemáticamente. El amor de Dios no está mencionado sino hasta el capítulo cinco. Los primeros tres capítulos establecen el fundamento del evangelio, presentando la absoluta santidad de Dios y su odio por el pecado, y la corrupción moral de la raza humana. Sólo cuando este fundamento crucial se establece, el Espíritu Santo explica el regalo de la salvación de Dios en Cristo Jesús. Vemos esta presentación en la completa totalidad de la Biblia. Comienza con la ley de Dios y termina en el evangelio de Dios. La ley fue dada para mostrarle al hombre su pecado y necesidad de salvación. "De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe" (Gálatas 3:24). Predicar el evangelio de tal forma que la santidad de Dios y Su odio por el pecado se minimice o ignore y Su amor se exalte y no se defina claramente, es pervertir el evangelio.

LAS CUATRO LEYES ESPIRITUALES

Un ejemplo de esto son las Cuatro Leyes Espirituales, escritas por Bill Bright, fundador del Campus Crusade for Christ. Estas "cuatro leyes" suponen presentar el evangelio. La ley número uno es "Dios te ama y tiene un plan maravilloso para tu vida". Mientras que es cierto que Dios ama al pecador y que Cristo murió para que pudiera ser salvo, no es verdad que Dios tenga un plan para cada pecador perdido. Su plan para los pecadores perdidos que rechazan a Cristo es ponerlos en el Infierno eterno. ¡Eso no es muy maravilloso! ¿Por qué no comenzó el Apóstol Pablo con una presentación tipo Campus Crusade cuando presentó el evangelio en el libro de Romanos? ¿Por qué no encaminó a la gente de Atenas de esa forma (Hechos 17)? Por el contrario, él explicó la santidad de Dios y el juicio venidero, y les demandó que se arrepintieran de su idolatría y pecado.

Bill Bright admite que peleó con su consciencia cuando cambió el enfoque en uno positivo, aún, una de sus hijas en ese tiempo le dijo que él estaba en el camino equivocado. Cuando Bright escribió por primera vez su folleto evangelístico, en 1958, comenzó con el pecado del hombre y la separación de Dios. Pero, cuando el panfleto fue revisado unos años después, a principios de los sesentas, lo cambió para que fuera más positivo. En su libro "Ven, Ayuda a Cambiar al Mundo", el relata lo siguiente:

Originalmente, nuestra primer ley enfatizaba el pecado del hombre, pero el Señor me inculcó a que enfatizara el amor de Dios. Este cambio fue hecho antes de ir a la imprenta. Yo había hecho mi edición final y había dejado a Vonette y las chicas que terminaran de mecanografiar. Como había estado viajando mucho y era algo tarde, había subido a dormir. De hecho, estaba en la cama a punto de dormir, cuando de repente vino claramente como una campana a mi mente consciente, el hecho de que había algo que estaba mal en el empezar las Cuatro Leyes de una forma negativa, remarcando la pecaminosidad del hombre... Sentí que poca gente diría "No" a Cristo, si realmente entendieran lo mucho que Él les ama y cuan grandemente se preocupa por éllos.

Así, me levante de la cama, fui al borde de los escalones y llamé a Vonette y las chicas para que cambiaran la primera ley y dijera: "Dios te ama y tiene un plan maravilloso para tu vida", en lugar de "Tú eres un pecador separado de Dios"... Así las Cuatro Leyes Espirituales comenzaron de una forma positiva tratando el amor de Dios y su plan.

Algún tiempo después, una de las chicas me dijo: "Estaba tan afligida sobre el cambio que hizo en la presentación, que lloré esa noche. Tenía miedo de que comenzara a suavizar el evangelio y que no fuera más fiel al Señor, porque puso tan fuerte enfasis en el amor de Dios, en vez del pecado del hombre. Ahora en retrospectiva, comprendo que por su puesto esta es una de las más grandes cosas que le ha sucedido al ministerio del Campus Crusade" (Bill Bright, Ven, Ayuda a Cambiar al Mundo, Here's Life Publishers, 1985, pp. 28,29).

Creemos que la hija de Bill Bright, tenía razón cuando lloró y temió que su padre había suavizado el evangelio. Él ha adaptado el evangelio a la psicología del mundo. Ha removido el oprobio de la cruz. Ha creado una arma evangelística que puede ser usada exitosamente por el apóstata mundo ecuménico completo. Su tipo de presentación del evangelio se usa por el modernista Concilio Mundial de Iglesias denominacionales. Es tan genérico que se usa aún por los Católicos. La voz que habló "clara como campana" para traer el cambio al enfoque del evangelio no era el Señor.

Tres décadas después, este enfoque positivo, psicológico, antropocéntrico, fue esparcido a la mayoría de los círculos Cristianos. Es el enfoque usado por la mayor parte, por los Evangélicos, por los Carismáticos, por los Ecuménicos, y aún por Fundamentalistas. Mientras que los Fundamentalistas se abstienen del enfoque mundano y Neoevangélico del Cristianismo hecho por el Campus Crusade, muy a menudo el plan de ganar almas usado en círculos Fundamentalistas es muy similar al de las Cuatro Leyes Espirituales.

No queremos tampoco minimizar el hecho del amor de Dios para los pecadores y tampoco queremos decir que es algo malo decir a los inconversos de ese amor. Dios ama a los pecadores, y esa es la razón del evangelio. Le alabamos por eso. Pero, al enfocar a los inconversos, los Apóstoles enfatizaron la santidad de Dios y Sus justas demandas sobre una humanidad pecaminosa. Enfatizaron la condición perdida del hombre y la necesidad de arrepentimiento. Esta es la forma correcta de enfocar al inconverso. No es una forma muy positiva y no ensambla con la psicología popular actual, y puede no dar por resultado tantas "decisiones", pero es bíblica; es el patrón que Dios nos ha dado.

La Biblia no comienza con el amor de Dios. Comienza con el carácter de Dios y con la caída del hombre. De hecho, los primeros dos tercios de la Biblia lo muestran antes de llegar al Nuevo Testamento y la presentación de Cristo. ¿Por qué es así? ¿Debemos ignorar el hecho de que Dios establece un fundamento para la presentación del evangelio? Los evangelistas y predicadores de avivamientos antiguos siguieron este patrón bíblico. Los Apóstoles ciertamente lo hicieron. ¿Quiénes somos nosotros para cambiarlo?

¿Por qué el enfoque negativo? ¿Por qué no enfocarnos sólo en el amor de Dios y en el cielo, y dejar que el pecado se ocupe de si mismo? Porque el hombre inconverso no entiende ni aprecia el amor de Dios, hasta que entiende la santida y justicia de Dios. Cuando Pablo predicó el evangelio en el libro de Romanos, él ni siquiera mencionó el amor de Dios, sino hasta el capítulo 5. Comenzó con Dios, con la declaración de Dios sobre el hombre, con la ley, con la naturaleza pecaminoza del hombre. Dios usa la ley para crear en el hombre el entendimiento que necesita sobre Dios y el pecado para poder ser salvo. La ley es el ayo que trae a los pecadores a Cristo (Gálatas 3:24).

Hace muchos años, como un joven misionero recien llegado al país de Nepal, fui invitado a predicar en una reunión evangelística clandestina (la predicación del evangelio era ilegal en Nepal en ese tiempo) arreglada por la sucursal nacional de Campus Crusade (como eramos misioneros independientes y no trabajabamos con el Campus Crusade, me invitaron a hablar sólo en esa particular reunión y en mi ignorancia e ingenuidad acepté la invitación). Estando frente a un grupo de idolatras Hindues y Budistas, use Romanos como mi texto y fui punto por punto a través del evangelio como Pablo lo predicó. (1) Dios es santo y justo y odia el pecado. (2) Todos los hombres han pecado y están, por lo tanto bajo el justo juicio de Dios. (3) Dios ha provisto para el hombre una salvación a través de la expiación de Su Hijo el Señor Cristo Jesús. (4) La redención se recibe como un regalo gratuito por fe en la obra realizada por cristo y por clamar a Él por salvación. Los líderes nacionales de Campus Crusada for Christ después de la reunión me llevaron en secreto a un lado y me dijeron que mi predicación era "muy negativa". Éllos me instruyeron en ser positivo en mi enfoque y no hacer a los oyentes sentir culpables y deprimidos. Rechace su consejo, por que la presentación del Espíritu Santo del evangelio en la Biblia, es diferente al del Campus Crusade. Rechazo toda presentación del evangelio que sea positiva en su enfoque y que ignore o menosprecie la ley, la santidad y el arrepentimiento.

4. UNA PRESENTACIÓN ORIENTADA A LA NECESIDAD - ERRANDO EN HACER DISTINCIÓN ENTRE LA SALVACIÓN GENUINA Y LA MERA REFORMACIÓN Y RITUAL.

Una cuarta forma de presentación pervertida del evangelio, es el presentarla meramente como una forma de solución a las necesidades humanas. El movimiento de la "Psicología Cristiana", es muy a menudo culpable de promoverla por causa de su enfoque orientado a las necesidades en asuntos bíblicos. Los individuos exponen al consejero sus necesidades: problemas matrimoniales, adicciones de alcohol o drogas, soledad, etc., esperando ayuda para resolver estos aspectos. El consejero presenta un plan sencillo de evangelio sin enfatiza el arrepentimiento, y anima al individuo a "recibir a Cristo". Muy a menudo, me temo que los individuos en este contexto sólo oran una oración, y luego van a través de un ritual religioso con la meta de recibir la ayuda de Dio para sus problemas cotidianos. Esto no es arrepentimiento y fe bíblicos o sentido de salvación. Los idólatras de Tesalónica mostraron fe en un sentido bíblico y de salvación. Los idólatras de Tesalónica demostraron verdadera salvación cuando se "convirtieron de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero" (1 Tesalonicenses 1:9). Este fue el artículo genuino. Esa gente no sólo quería la ayuda de Dios en una forma y sentido terrenalmente temporal. Estaban listos para convertirse de sus perversas obras y hacer al Dios de la Biblia el Señor de sus vidas.

Hay siempre el peligro de que la persona muestre interés en el Evangelio, meramente pare resolver algún conflicto personal en su vida. Vemos esto muchas veces en nuestro ministerio de cárceles. El hombre y la mujer tienen problemas profundos. Experimentan serias fallas en sus vidas. Vienen a nuestros estudios de la Biblia y parecen interesados en el evangelio, pero, muy a menudo, lo que están buscando no es una relación correcta con el Dios Todopoderoso, sino un "arreglo" para sus problemas terrenales. Quieren un programa de 12 pasos, o un "amuleto de la suerte", o algo por el estilo que pueda darles éxito en la vida, pero no quieren arrepentirse de su iniquidad ante Dios y rendir sus vidas a Su autoridad y confiar exclusivamente en Cristo para su salvación.

Es imposible para un ganador de almas diligente, el evitar algunas falsas conversiones y profesiones vacías. El corazón humano es engañoso sobre todas las cosas y perverso (Jeremías 17:9). Siempre habrá esos que simulan un deseo de recibir a Cristo, esos que quieren reformarse pero no arrepentirse. Debemos cuidadosamente evitar las presentaciones no escriturales del evangelio que puedan multiplicar este triste problema.


(Título original en Inglés: UNSCRIPTURAL PRESENTATIONS OF THE GOSPEL. Traducido al Español por Ulises Velázquez, con permiso del Autor. Copyright 1997 by David W. Cloud. All rights reserved. [Way of Life Literature, 1701 Harns Road, Oak Harbor, WA 98277. (360) 675-8311.]

La Teología Reformada y la Regeneración.

Este artículo fue escrito por David Dunlap, Bible and Life Ministries. Es parte de un trabajo más extenso titulado Limiting Omnipotence- The Consequences of Calvinism—Un estudio sobre asuntos cruciales en la Teología Reformada y Dispensacional. Publicado con permiso del autor.

En 1883 en la isla de Krakatoa, en el Estrecho de la Sonda, un volcán hizo erupción, partiendo la montaña de arriba abajo y lanzando al mar rocas, tierra y escombros. Nada quedó de la isla, sino una masa inerme de lava y cenizas volcánicas. Observadores estimaron que unas 36.000 personas perdieron sus vidas, haciendo de ésta una de las erupciones volcánicas más devastadoras en la historia. Los científicos declararon rotundamente que ninguna vida animal o vegetal podría sobrevivir. Sin embargo, durante los próximos tres años helechos y flores comenzaron a germinar de la tierra negra. El viento y el mar habían llevado allí semillas. Hacia 1897, varias porciones del suelo se habían cubierto de vegetación. Pronto toda la isla estaba cubierta con plantas desarrolladas y un conjunto de pájaros, animales e insectos poblaban la isla. Este relato ilustra vívidamente lo que sucede espiritualmente cuando la vida de Dios transforma completamente el alma, entenebrecida por el pecado, de los hombres por medio de la fe en Cristo. A esta experiencia la Biblia da el nombre de regeneración o “avivamiento”.

En la Biblia nunca se encuentra el término “nuevo nacimiento”; la palabra “regeneración sólo se encuentra dos veces en la Biblia (Tito 3:5; Mateo 19:28). La palabra griega traducida “regeneración” es “palingenesia”, que, cuando es dividida en sus partes, significa “nacido de nuevo” (“palin”=otra vez; genesia= “nacimiento”). En tanto que nunca se encuentra el término nuevo nacimiento, varias veces se encuentran palabras relacionadas, tales como “nueva creación”, “nacido de nuevo”, y “nuevo hombre”.

¿Qué es la regeneración? La regeneración es una experiencia que se vive una sola vez al recibir nueva vida en Cristo, cuando es comenzada la obra de la nueva creación y el proceso de santificación es puesto en marcha. El hombre regenerado ya no es el hombre que una vez fue. En virtud de la obra del Espíritu Santo, la nueva vida (creada a imagen de Dios) ha venido al alma de los hombres. Esta nueva naturaleza tiene sus propios deseos, afectos e intereses – todos ellos son espirituales, enraizados en Cristo, y centrados en Dios. “Lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”; la nueva naturaleza es espiritual, porque participa de la naturaleza de Aquel que la imparte. El creyente ha llegado a ser “participante de la naturaleza divina” (2 Pedro 1:4). Sin embargo, la vieja naturaleza permanece en el creyente, luchando contra la nueva.

El Punto de Vista Reformado de la Regeneración

Los estudiantes de las Sagradas Escrituras ofrecen diferentes puntos de vista del procedimiento divino en cuanto al nuevo nacimiento. Este debate no es un ejercicio meramente académico, sino uno que tiene consecuencias de largo alcance. Un entendimiento bíblico claro en esta área es de gran ayuda para el cristiano serio. La Reología Reformada actual enseña que la regeneración, o el nuevo nacimiento, tiene que preceder a la fe. Sostiene que, puesto que el hombre no regenerado está muerto y es incapaz de responder al evangelio, él tiene primero que “nacer de nuevo” para que pueda recibir el don de la fe. Esta obra de regeneración de Dios solo tendrá lugar en las vidas de los elegidos cuando Dios los atrae irresistiblemente. Todo esto tiene que suceder en este orden, de otro modo la salvación bíblica, se dice, ya no es de Dios por Su gracia, sino del hombre por esfuerzo propio. El catedrático calvinista Dr. R.C. Sproul expone esta posición cuando escribe:

En la regeneración, Dios cambia nuestros corazones. ÉL nos da una nueva disposición, una nueva inclinación. Planta un deseo por Cristo en nuestros corazones. Jamás podremos confiar en Cristo para nuestra salvación, a menos que primero le deseemos. Esta es la razón por la que dijimos anteriormente que la regeneración precede a la fe. (R.C.Sproul, Escogidos por Dios, p.80).

En una veta similar, respecto a la regeneración, el psicólogo Reformado Jay Adams escribe:

Sólo Dios puede dar vida a las almas muertas para que puedan creer. ÉL hace ésto cuando, dónde y cómo ÉL quiere por Su Espíritu, que regenera o da vida que lleva a la fe…. Como un cristiano reformado, el escritor cree que los consejeros no deben decir a un consultante no salvo que Cristo murió por él, porque no pueden decir eso. Nadie sabe, excepto Cristo Mismo, quienes son Sus elegidos por quienes ÉL murió. (Jay Adams, Capacitado para Orientar).

Los no calvinistas, por otra parte, enseñan que el nuevo nacimiento tiene lugar después de que un hombre no regenerado ejerza fe en Cristo. El hombre no regenerado, después de ser atraído por la obra de convicción del Espíritu Santo, iluminado por el poder de la Palabra de Dios, asido por gracia y estimulado por la oración, es capacitado por Dios para ejercer fe en la obra acabada de Cristo. Aunque el hombre no regenerado está muerto en delitos y pecados y es enemigo de Dios, esto no significa que sea incapaz de expresar fe. El designio soberano de Dios, sin embargo, pone énfasis sobre el infinito poder de convicción del Espíritu Santo, la gracia de Dios, la voluntad de Dios y la Palabra de Dios. Sin la obra de Dios, ningún hombre jamás sería salvo.

La Regeneración y la Salvación de Infantes

El calvinismo enseña que los infantes, cuando aun no han nacido, son regenerados, aun cuando no tienen conocimiento de Cristo; y que, una vez nacidos, debe realizase el bautismo como señal de que el niño ha sido regenerado. Juan Calvino creía que todos los hijos de los creyentes han sido regenerados espiritualmente en el vientre. Para completar el proceso de salvación, Calvino sugería también que Dios concedía a estos infantes en el vientre una fe única y sobrenatural. Esto ciertamente agregaría una nueva tergiversación al término “fe de niño”. Pero, ¿cómo es posible todo esto? Juan Calvino escribe:

Pero, preguntan ellos, ¿cómo son regenerados los infantes, cuando no tienen conocimiento del bien o del mal? Contestamos que la obra de Dios, aunque está más allá del alcance de nuestra capacidad, no por eso es nula. Los infantes que han de ser salvos (y es cierto que algunos son salvos a esta edad) tienen, sin duda, que ser regenerados por el Señor…ÉL ciertamente ha llamado y dotado a muchos con el verdadero conocimiento de Sí mismo, por medios internos, por la iluminación del Espíritu, sin que interviniera la predicación. [Juan Calvino, Institución de la Religión Cristiana].

El problema de la salvación de los hijos de los elegidos ocupó muy pronto la mente de muchos líderes calvinistas. ¿Cómo podía uno saber si los hijos de los elegidos vendrían a Cristo, o habría algunos que nunca llegarían a confiar en ÉL como Salvador? Los calvinistas razonaban: Si solamente los elegidos son regenerados y solamente los regenerados pueden ser salvos, ¿hay alguna manera de saber si los hijos son elegidos? Juan Calvino consoló el corazón de muchos declarando que Dios ya había hecho provisión para esa necesidad. El sugirió que todos los hijos de los elegidos serían salvos. Calvino escribe:

Nuestros hijos, antes de nacer, Dios declara que Él los adopta como propios cuando promete que ÉL será Dios para nosotros y nuestra descendencia después de nosotros. En está promesa está incluida su salvación. [Juan Calvino, Institución de la Religión Cristiana].

¿Cuáles son las consecuencias espirituales de tal especulación? En primer lugar, si esto es cierto, no necesitamos preocuparnos por la condición espiritual de nuestros hijos y nietos. ¿Por qué? Porque si nosotros somos elegidos, nuestros hijos también son elegidos, lo cual significa que sus hijos también son elegidos y así sucesivamente hasta que nuestra línea familiar llegue a su fin. Mientras un calvinista puede encontrar consuelo en este punto de vista, él necesita dar vuelta la moneda para ver lo que hay al otro lado. Si se deduce que el hijo de un “calvinista” es elegido y que será salvo por causa de la elección de sus padres, ¿no sería cierto también que si este hijo nunca cree en Jesucristo, esto probaría que sus padres nunca fueron elegidos? Si se comprueba que un padre nunca fue elegido, eso significaría que su padre tampoco pudo ser elegido. El “dominó electivo” calvinista tiene que caer, por lógica, en ambos sentidos. Además, las Escrituras subrayan que los hijos no son salvos porque los padres han sido elegidos, sino porque los hijos mismos han puesto su fe en Cristo para salvación (Hechos 16:31-32; 2 Timoteo 3:14-15).

El Punto de Vista Reformado y las Escrituras

Muchos han observado que el punto de vista Reformado de la regeneración es contrario a las Escrituras. La Biblia establece claramente que la bendición de la salvación, la morada del Espíritu Santo en la vida del creyente, la vida eterna y la regeneración nunca preceden a la fe, sino son, por el contrario, el resultado de la fe.

  • Efesios 1:13 dice, “Habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa”. En el momento de creer, como resultado de la fe, el creyente recibe el sello del Espíritu Santo.

  • Juan 3:16 “…para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. La misma verdad se enfatiza nuevamente –la fe precede a la salvación.

  • Hechos 16:31 “Cree en el señor Jesucristo y serás salvo- tú y tu casa”. El orden de la salvación está claro; primero la fe y luego sigue la salvación. La fe es una condición para la salvación.

  • Romanos 5:1 “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. La regeneración no es una condición para recibir la justificación. Sino nótese que la fe es primero, seguida por la justificación. Este es el modelo que tenemos a través de la Biblia en virtualmente cada versículo que trata con este tema.

El piadoso maestro de la Biblia Samuel Ridout, explicando la gran importancia de la fe anterior a la nueva vida, escribe:

“Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre” (1 Pedro 1:23). El nuevo nacimiento es por la Palabra de Dios. Que esto es un acto soberano de Dios, por Su Espíritu, nadie lo puede poner en duda. Pero este versículo nos prohibe separar, como se ha hecho a veces, el nuevo nacimiento de la fe en el evangelio. Se ha enseñado que el nuevo nacimiento precede a la fe; aquí se nos dice que la Palabra de Dios es el instrumento para el nuevo nacimiento. “Así que la fe es por el oír, y por el oír, de la Palabra de Dios”; “La palabra que por el evangelio es predicada”. De modo que, aunque podemos distinguir entre la fe y el nuevo nacimiento, no los podemos separar. Juan 3:3 y 3:16 siempre tienen que ir juntos. No es posible una anomalía tal como que un hombre ha nacido de nuevo pero que aún no ha creído el evangelio. [Samuel Ridout, Numerical Bible, Vol.6 (NY.Loizeaux Bro. 1903) p.148-149).

De igual manera, el Dr. John Walwoord, el anterior presidente del Seminario Teológico Dallas, expone la necesidad de tener fe antes de que se reciba la regeneración o la vida eterna:

La vida eterna no se recibe hasta que se ejerza fe en Cristo. La vida eterna no debe confundirse con la gracia eficaz, o con aquella gracia concedida que es antecedente a la fe. La vida eterna ha de identificarse con la regeneración y se recibe con el nuevo nacimiento. Es más bien el resultado que la causa de la salvación, pero está relacionada con la conversión o la manifestación de la nueva vida en Cristo. [Everett F. Harrison, editor, Wycliff Dictionary of Theology, (Peabody, MA; Hendrickson Publishers, 1999), p.195]

Los escritores reformados a menudo usan Ezequiel 36:26 para respaldar el punto de vista que la regeneración precede a la fe. Este versículo dice, “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne”. Sin embargo, un cuidadoso examen del contexto de este pasaje y de versículos relacionados, revela que el punto de vista Calvinista no tiene apoyo. Primero, encontramos que este pasaje no se refiere a creyentes individuales y a la manera en que ellos puedan ser salvos, sino más bien a la “casa de Israel” (v.17). La fuerza del argumento del profeta reside en lo que Dios hará en Su gracia para restaurar a Israel a su tierra en un día futuro. El contexto no es la regeneración del incrédulo individual, sino más bien, la nación de Israel.

Segundo, en un pasaje anterior, Ezequiel escribe, “Echad de vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo” (18:31). Aquí, la responsabilidad de un nuevo corazón y un nuevo espíritu es puesta en las manos del hombre. El don de un corazón nuevo significa el nuevo nacimiento de la nación de Israel por el nuevo pacto, por la renovación del Espíritu Santo. Sin embargo, Ezequiel también condiciona le recepción del nuevo corazón por el arrepentimiento (18:31). Los que usan este pasaje para sostener el punto de vista que la regeneración del inconverso precede a la fe, aparecen culpables de estirar las Escrituras para que concuerden con un particular punto de vista teológico.

La Lógica y el Punto de Vista Reformado de C.H. Spurgeon

Muchos han visto grandes dificultades en el punto de vista Reformado de la regeneración. Una de sus deficiencias más obvias es que si un hombre ha sido regenerado, ¿qué necesidad tiene entonces de tener fe? Porque ya es salvo, aunque sin el requisito bíblico –la fe. Si la regeneración precede a la fe, entonces la fe es innecesaria, porque el regenerado ya es salvo. Aun algunos respetados calvinistas han señalado esta aparente contradicción teológica. El calvinista C.H. Spurgeon, en su famoso sermón “The Warrant of Faith” debate este punto con su estilo característico:

Si he de predicar la fe en Cristo a un hombre que ha sido regenerado, entonces el hombre, habiendo sido ya regenerado, ya es salvo y es innecesario y ridículo predicarle a Cristo y pedirle que crea para ser salvo, si ya es salvo, puesto que ya ha sido regenerado. ¿He de predicar la fe solamente a los que ya la tienen? Es absurdo, en verdad. ¿No sería esto como esperar que el hombre se sane para luego llevarle la medicina? Esto es predicar a Cristo a los justos y no a los pecadores.” [Sermón titulado The Warrants of Faith].

Spurgeon, con gran discernimiento, señala tres deficiencias en esta posición Reformada tradicional. Primero, la regeneración antes de la fe será una gran barrera para la predicación del verdadero evangelio de salvación. El dice, “es una cosa ridícula e innecesaria para mí predicar a Cristo”. Porque si alguien ya ha sido regenerado, ¿por qué tengo que predicarle el evangelio? Con ello los grandes temas del mensaje del evangelio tales como pecado, juicio, amor y gracia se han vuelto innecesarios. Segundo, elimina la realidad de la lucha espiritual para ganar almas para Cristo. Spurgeon dice, “… e instarle a que crea para ser salvo si ya es salvo… ¿He de predicar la fe a quienes ya la tienen?” ¿Dónde están la lucha espiritual, la oración que prevalece y el poder del Espíritu Santo en el evangelismo? Porque ellos ya son salvos. No hay un forcejeo serio con las almas por la causa del evangelio. Tercero, pone al predicador en espera con el evangelio. Spurgeon escribe, “¿No es esto como esperar que un hombre sea sanado para luego traerle la medicina?” ¿Han de esperar los predicadores con el remedio espiritual, el evangelio, hasta que un alma perdida sea regenerada y luego, cuando es salva, traerle el evangelio? Este punto de vista quita a la predicación del evangelio la urgencia y el “Ahora”. Las Escrituras son claras, “He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación” (2 Co.6:2). De acuerdo con el “príncipe de los predicadores” este punto de vista de la regeneración es un impedimento para quien trae las buenas nuevas y una contradicción del tenor general de las Escrituras.

La Regeneración y la Predicación del Evangelio

Esto nos lleva a considerar las consecuencias del punto de vista Reformado de la regeneración sobre la predicación del evangelio. Tenemos que admitir que algunos grandes predicadores del evangelio reformados fueron usados por Dios para traer a muchos a Cristo, incluyendo a Whitfield y Spurgeon. Pero esto fue a pesar de la inconsistencia entre su posición teológica y el mensaje que tan efectivamente proclamaban. Cualquiera que lea los sermones de Spurgeon, por ejemplo, descubrirá que, mientras usa frecuentemente la palabra “elegidos”, no lo hizo en una manera tal que los pecadores no se incluyeran, si así lo deseaban. Sin embargo, los teólogos reformados han elaborado un sistema que es tanto no ortodoxo como inconsistente. Desafortunadamente, esta teología ha sido un gran impedimento para la libre proclamación del evangelio. El Dr. John Gill, un teólogo reformado del siglo 18, ilustra el efecto dañino de la teología calvinista sobre la predicación del evangelio. Durante el desempeño del Dr. Gill en una iglesia reformada, esta congregación, que en un tiempo tenía 1.200 miembros, se redujo hasta ser una mera sombra de lo que había sido originalmente. C.H. Spurgeon, SIENDO él mismo calvinista, responsabilizó al calvinismo por la importante declinación:

Durante el pastorado de mi venerable predecesor, Dr. Gill, esta iglesia, en vez de crecer, gradualmente decreció… el sistema teológico con el cual muchos identifican su (Gill) nombre, ha deprimido a muchas iglesias hasta el alma, porque las ha llevado a omitir la invitación libre del evangelio, y a negar que es la obligación de los pecadores creer en Jesús. [Iain Murray, Spurgeon vs. Hypercalvinism: The Battle for Gospel Preaching).

Para el calvinista, la predicación del evangelio es un ejercicio inútil si la persona no ha sido regenerada. De acuerdo con el calvinista, lo primero que una persona tiene que obtener es la regeneración. Pero la regeneración es dada soberana e irresistiblemente sólo por Dios. No hay nada que un hombre no salvo pueda hacer para producir la regeneración; además, no hay nada que él quiera hacer, por cuanto está muerto, sin el más mínimo deseo por las cosas espirituales. Descubrimos ahora una de las grandes inconsistencias del calvinismo: la obra del incrédulo como un “hombre muerto vivo”. El calvinismo declara que la depravación total significa la completa inhabilidad para desear, entender, pensar o aprender sobre Dios y la salvación. Sin embargo, por otra parte, el calvinista insiste que el hombre depravado busque, aprenda y ore a Dios por su regeneración. Note la explicación del escritor calvinista, W.G.T.Shedd, en Dogmatic Theology, cuando escribe:

El calvinista sostiene que la fe proviene enteramente de Dios y que es uno de los resultados de la regeneración. [W.G.T. Shedd, Dogmatic Theology].

En otra parte Shedd explica que, puesto que el incrédulo no ha sido regenerado, ciertos pasos son necesarios antes de que pueda ser salvo:

…Uno, leer y oír la Palabra divina… Dos, poner seria atención y examinar la verdad para entender y sentir su poder… Tres, orar por el don del Espíritu Santo para la convicción y regeneración del Espíritu….orar por la gracia regeneradora es una obligación y un privilegio para el hombre no regenerado [W.G.T.Shedd, Dogmatic Theology].]

El popular escritor calvinista A.W.Pink también insiste que el incrédulo tiene que implorar a Dios por su regeneración antes de que pueda ser salvo. El escribe:

..su primera obligación es admitir que Dios es verdad… su segunda obligación es clamar a Dios por el poder –pedir a Dios que en Su misericordia deshaga su enemistad y lo atraiga a Cristo; le conceda los dones de la fe y el arrepentimiento (A.W.Pink, La Soberanía de Dios].

¿Este es el mensaje de salvación del Nuevo Testamento? ¿Debe el evangelista exhortar a los perdidos a orar por el don del Espíritu Santo? ¿Hay algún ejemplo en el Nuevo Testamento de que alguien mandara a alguien que está perdido que ore por la regeneración? Pienso que no hay ningún ejemplo semejante. ¿El incrédulo ha de orar por el don de la regeneración o ha de creer en Cristo? El alto precio de la salvación fue pagado totalmente por nuestro Señor y ÉL invita al pecador a creer en ÉL y recibir la vida eterna. ¿Necesita rogar y suplicar un criminal que lo dejen salir de la cárcel, cuando el guardia está ante él con el perdón firmado en su mano extendida? No es el momento para que el prisionero pida y busque, sino para que reciba. De igual manera, la obra de la cruz está completada, el precio ha sido enteramente pagado por Cristo para todo hombre, el evangelio es presentado a todos, ahora el pecador tiene que recibirlo por fe. Este nuevo evangelio extraño vuelve la salvación de Dios en algo que debe ser buscado, en vez de algo que debe ser recibido. ¿Nuestro mensaje del evangelio es “cree y serás salvo” o ora y busca y pide la regeneración? El Nuevo Testamento es claro: la obra de la salvación está terminada por el sacrificio de Cristo realizado una vez para siempre; el inconverso no necesita orar por la regeneración, sino creer en el Señor Jesucristo “y serás salvo”.

La Regeneración y la Relación con Cristo

El calvinismo enseña que Dios primero regenera al elegido y que luego, un tiempo después, esto lleva a la fe en el Señor Jesucristo. Según el punto de vista reformado de la regeneración, nuestra nueva vida en Cristo está separada de una nueva relación con Cristo. El calvinismo enseña que un bebé es regenerado en el vientre, y que una persona puede haber sido regenerada muchos años antes de ser salva. Sin embargo, cuando el Espíritu Santo realiza Su obra de regeneración en nuestra vida, en ese mismo instante nos relaciona con una Persona, y el don de la vida eterna nos une a la persona del Señor Jesucristo. Juan escribe: “Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3). Es en verdad una regeneración extraña, estar vivo por el Espíritu de Dios, pero no conocer a Cristo por fe. Lewis Sperry Chafer, el fundador del Seminario Teológico Dallas, en su Teología Sistemática explica el vínculo entre la regeneración y la relación:

El hecho importante, que no debe ser olvidado en la doctrina de la regeneración, es que el creyente en Cristo ha recibido vida eterna. Este hecho debe mantenerse libre de toda confusión que pueda surgir de la idea de regeneración que lo hace meramente el antecedente de la salvación, o un avivamiento preliminar, para capacitar a la persona para creer. Es más bien el corazón mismo de la salvación. [L. S. Chafer, Teología Sistemática).

La Palabra de Dios enseña que un hombre recibe vida al recibir a Jesucristo como Salvador. Por ello nuestro Señor dijo, “Yo soy el camino, la verdad y la vida…” (Juan 14:6). ÉL no dijo, “Yo tengo el camino, la verdad y la vida”, como si el Cristo morador no fuese más que una fuerza o poder o solo un agente que da vida eterna. Nuestro Señor, antes de resucitar a Lázaro, dijo, “Yo soy la resurrección y la vida…” (Juan 11:25); no “yo tengo vida para impartir”. Esto nos trae al hecho de que si hemos de tener vida, tenemos que tener a Jesucristo. Puesto que Jesucristo es la vida, el Espíritu tiene que llevarnos a una unión viva y vital con ÉL. El nuevo nacimiento o la regeneración nunca pueden ser divorciados de una relación viva con Cristo. Juan, el apóstol, escribe, “el que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida” (1 Juan 5:12). En las epístolas del apóstol Pablo encontramos que él usa el término, cuidadosamente escogido y que es muy significativo, “en Cristo” para explicar esta verdad. Pablo dice, “si alguno está en Cristo, nueva criatura (creación) es…” (2 Corintios 5:17). Pablo nunca pensó que la regeneración precediera a la fe en Cristo, lo cual a su vez precedería a la relación de Cristo en nosotros, la “esperanza de gloria”. La doctrina del Nuevo Testamento es muy clara: el Espíritu Santo de Dios produce el nuevo nacimiento, lo cual nos da una nueva vida, y esa nueva vida es el Señor Jesucristo Mismo.

La obra de la regeneración está condicionada por la fe. La fe tiene que preceder al nuevo nacimiento. Es Dios solamente quien imparte esta nueva vida en Cristo. Esta nueva vida en Cristo provee una nueva naturaleza o disposición, por la cual ahora tenemos una relación con Dios. La secuencia espiritual en la obra de regeneración de Dios ha sido resumida muy bien por Sir Robert Anderson cuando escribió:

Es por la Palabra que el pecador ha nacido de nuevo para Dios. Como dicen las Escrituras: “Hemos nacido de nuevo por la Palabra de Dios” –la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre”. Y para evitar todo error, se agrega: “Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada” –predicada como el apóstol ya había dicho “por el Espíritu Santo enviado del cielo”. No el Espíritu sin la Palabra, no la Palabra sin el Espíritu, sino la Palabra predicada en el poder del Espíritu. Dios nunca es arbitrario; pero Él siempre es soberano. El hombre predica; el Espíritu sopla; y los huesos secos cobran vida. Así los pecadores nacen para Dios. [Sir Robert Anderson, Redemption Truths, (Kilmarnock. GB: Ritchie, 1940), p.152].

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