sábado, 5 de julio de 2008

El Diezmo

Estos estudios que a continuacion colocare son mi base para creer que en el nuevo pacto el diezmo no es un requerimiento de nuestro Senor.
Debo senalar que unicamente llamo la atencion en estos estudios al tema del diezmo ya que los autores de los mismos dan opiniones sobre otros temas que no necesariamente reflejan mi punto de vista doctrinal.
Un ensayo por Russell Earl Kelly, Ph.D.
Revisión 4 de marzo de 2007
www.shouldthechurchteachtithing.com
Introducción
El siguiente ensayo es un resumen de mi libro, ¿Tiene la iglesia la obligación de enseñar a diezmar? Las conclusiones de un teólogo tocante a una doctrina tabú. El libro en sí es una versión mayor de mi tesis de cátedra Ph.D. Insto a los educadores bíblicos a ser valientes, que abran sus niveles de investigación en sus seminarios y promuevan estudios sobre este tema en los niveles de mágister, doctorado y catedrático. Esta doctrina sencillamente es demasiado importante para pasarla por alto.
En muchas iglesias de hoy la doctrina del diezmo se ha convertido en todo un escándalo. Por un lado, la mayoría de los libros de texto a nivel de seminario referente a la teología sistemática y la hermenéutica escritos por eruditos de mucha preparación omiten el tema del diezmo, y por otro lado, la práctica rápidamente se está convirtiendo en un requisito para ser feligrés en las mismas denominaciones que insisten en doctrinas fundamentadas en la Biblia. También hay más y más pruebas que laicos que cuestionan la legitimidad de diezmar bajo el Nuevo Pacto por lo general son criticados y despreciados como busca pleitos o cristianos débiles. Líderes cristianos sinceros siempre deben estar dispuestos a un diálogo abierto en torno a la Palabra de Dios. La indisposición por hacerlo sugiere duda e inseguridad. Más “valentía santa” sería necesaria.
El diezmo moderno se fundamenta sobre muchas
falsas premisas
Lo que enseñan muchas denominaciones del diezmo se resume en la declaración de cierta denominación en cuanto a la mayordomía. Dice que “el diezmo es la mínima norma bíblica y que el punto de partida establecido por Dios no debe ser sustituido o comprometido por ninguna otra norma.” Añade que el diezmo es de la ganancia neta pagadero a la iglesia antes que se calcule el impuesto público sobre la ganancia.
Las siguientes pautas en este ensayo delinean un contraste entre las falsas enseñanzas que se utilizan para apoyar el diezmo con lo que la Palabra de Dios dice verdaderamente.

Pauta #1: Los principios de la dadivosidad en 2 Corintios 8 y 9 tienen que ver con el diezmo.
La falsa enseñanza es que el diezmo es una expectativa divina obligatoria la cual siempre precede la dadivosidad de libre voluntad.
La dadivosidad de libre voluntad existía antes del diezmo. Los siguientes principios del Nuevo Pacto tocante a la dadivosidad de libre voluntad se encuentran en 2 Corintios, capítulos 8 y 9: (1) La dadivosidad es una “gracia.” Estos capítulos usan la palabra griega para “gracia” ocho veces en torno a la ayuda para los santos pobres. (2) Primero hay que hacer la dádiva de uno mismo a Dios (8:5). (3) Hay que darse a conocer la voluntad de Dios (8:5). (4) Hay que dar en respuesta al don de Dios (8:9). (5) Hay que dar por razón de un deseo sincero (8:8, 10, 12; 9:7). (6) No hay que dar porque lo manda algún mandamiento (8:8, 10; 9:7). (7) Hay que dar más de lo que se pueda (8:3, 11, 12). (8) Hay que dar para producir igualdad. Esto quiere decir que los que tienen más deben dar más a fin de suplir la incapacidad de los que no pueden dar tanto (8:12-14). (9) Dar con gozo (8:2). (10) Hay que dar por el deseo de crecer más espiritualmente (9:8, 10, 11). (12) Hay que dar porque se está escuchando la predicación del evangelio (9:13).

Pauta # 2: En la Palabra de Dios el diezmo siempre es ¡en comida!
La falsa enseñanza es que los diezmos bíblicos incluyen TODO tipo de
ganancia.
Utilice la Palabra de Dios para definir lo que es “el diezmo.” ¡No utilice un diccionario secular! Abra una concordancia bíblica completa y descubrirá que la definición que usan los promotores del diezmo está equivocada. En la Palabra de Dios el “diezmo” no aparece por sí solo sin forma alguna. Aunque ya el dinero existía antes del diezmo, la forma original del “diezmo” de Dios nunca fue en dinero. Era el “diezmo de alimento.” Esto es muy importante: El verdadero diezmo bíblico siempre fue solamente en forma de alimento de las granjas y de las manadas de solamente los israelitas quienes vivían solamente dentro de la Tierra Santa de Dios, dentro de la frontera nacional de Israel. El aumento se recogía de lo que Dios había producido y no por la habilidad o pericia humana.
Hay 15 versículos tomados de 11 capítulos y 8 libros desde Levítico 27 hasta Lucas 11 que describen el contenido del diezmo. Y el contenido jamás (una vez más), jamás incluyó dinero, plata, oro o cualquier otra cosa que ¡no fuera alimentos tomados dentro de Israel! Sin embargo la definición equivocada del “diezmo” es la que se sigue predicando como ¡el más grande error tocante al diezmo hoy! (Véase Lev. 27:30, 32; Núm. 18:27, 28; Deut. 12:17; 14:22, 23; 26:12; 2 Cró. 31:5, 6; Neh. 10:37; 13:5; Mal. 3:10; Mat. 23:23; Luc. 11: 42).

Pauta #3: El dinero era un bien indispensable no diezmado

La falsa premisa es que el trueque de alimentos generalmente
reemplazaba el dinero.
Un argumento a favor de diezmar con bienes no alimenticios es que el dinero no era universalmente disponible y para la mayoría de los intercambios se usaba el trueque de alimentos. Este argumento no es bíblico. Génesis de por sí utiliza la palabra “dinero” en 32 textos y la palabra ocurre 44 veces antes que se mencione el diezmo por primera vez en Levítico 27. La palabra shekel también aparece a menudo desde el Génesis hasta Deuteronomio.
De hecho siglos antes que Israel entrara a Canaán y comenzara a diezmar los alimentos de la tierra santa de Dios el dinero era un bien indispensable diariamente. Por ejemplo había dinero en forma de shekels para el pago por esclavos (Gén. 17:12+); tierra (Gén 23:9+); libertad (Éxo. 23:11); multas judiciales (Éxo. 21; 22); recargos del santuario (Éxo. 30:12+); votos (Lev. 27:3-7); impuestos del censo (Núm. 3:47+), bebidas alcohólicas (Deut. 14:26) y la dote matrimonial (Deut. 22:29).
De acuerdo a Génesis 47:15-17 el alimento se usaba en trueque solamente después que se había agotado el dinero. La palabra de Dios en Levítico define leyes bancarias y de usura aun antes del diezmo. Por tanto el argumento que el dinero no prevalecía lo suficiente para el uso diario es falso. Sin embargo el diezmo en sí nunca incluía dinero en efectivo de bienes no alimenticios, como otros productos y negocios.

Pauta #4: El diezmo de Abraham a Melquizedec manifestaba una tradición pagana.
La falsa enseñanza es que Abraham daba libremente de sus diezmos porque era la voluntad de Dios.
Por las siguientes razones no se puede usar a Génesis 14:20 como un ejemplo para que los cristianos diezmen. (1) La Biblia no dice que Abraham dio “libremente” este diezmo. (2) La dádiva de Abraham NO fue un diezmo santo de la tierra santa de Dios recogido por el pueblo santo de Dios de acuerdo al santo pacto antiguo de Dios. (3) El diezmo de Abraham fue solamente del botín de la guerra y era de rigor en muchas naciones. (4) En Números 31, Dios solamente exigió el 1% del botín de la guerra. (5) El diezmo de Abraham a Melquizedec fue un evento que se registró solamente una vez. (6) El diezmo de Abraham no fue de sus bienes personales. (7) Abraham no guardó nada para sí mismo; él devolvió todo. (8) El diezmo de Abraham no se usa como ejemplo en ningún lugar de la Biblia en apoyo del diezmo. (9) Génesis 14, versículo 21 es el texto clave. Ya que la mayoría de los comentarios bíblicos explican al versículo 21 como un ejemplo de una tradición árabe pagana, es una contradicción explicar 90% del versículo 21 como pagano, y al mismo tiempo insistir que el 10% del versículo 20 era la voluntad de Dios. (10) Si Abraham es un ejemplo para que los cristianos le den 10% a Dios, entonces también debe ser ejemplo a los cristianos para que le den el otro 90% a ¡Satanás, o al rey de Sodoma! (11) Ya que ellos mismos eran sacerdotes, ni Abraham ni Jacob tenían que mantener un sacerdocio levítico; por lo tanto probablemente dejaban alimentos para los pobres en sus altares.


Pauta #5: El diezmo no era un mínimo obligatorio de todos los israelitas del Antiguo Pacto
La falsa enseñanza es que todos tenían que comenzar su nivel de dadivosidad al diez por ciento.
Pero solo los israelitas que ganaban su sustento de la agricultura y de los animales del campo tenían la obligación de diezmar según la ley de Moisés. Sus creces venían de la mano de Dios. Los que recibían creces de su propia mano de obra o habilidad no tenían la obligación de diezmar productos o dinero. Los pobres y necesitados que no diezmaban y recibían apoyo del diezmo, daban ofrendas de su propia libre voluntad.

Pauta #6: El primer diezmo llegaba a las manos de los siervos de los sacerdotes.
La falsa enseñanza es que los sacerdotes del Antiguo Testamento recibían
todo del primer diezmo.
El diezmo “entero”, el primer diezmo, de ninguna manera llegaba a los sacerdotes. De acuerdo a Números 18:21-24 y Nehemías 10:37b, iba a los siervos de los sacerdotes, los levitas. Y de acuerdo a Números 18:25-28 y Nehemías 10:38, los levitas daban el mejor “diezmo de este diezmo” (1%) de lo que recibían a los sacerdotes que ministraban el holocausto por el pecado y servían en los lugares santos. Los sacerdotes no diezmaban.
También es importante darse cuenta que por cambio del recibo de estos diezmos, tanto los levitas como los sacerdotes renunciaban a todo derecho de recibir tierras por herencia dentro de Israel (Núm. 18:20-26; Deut. 12:12; 14:27, 29; 18:1, 2; Jos. 13:14, 33; 14:3; 18:7; Eze. 44:28). Aun si en el nuevo pacto existieran los diezmos primeramente irían a los diáconos (levitas) para que ayudaran a los predicadores y para el mantenimiento de los edificios.

Pauta #7: “Será santo al Señor” no designa al diezmo como una norma moral eterna.
La falsa enseñanza es que Levítico 27:30-33 comprueba que el diezmo es una “norma moral eterna” porque “es santo al Señor.”
Las frases “será santo al Señor” y “será santísimo al Señor” son de uso común en Levítico. Sin embargo, casi cada otro uso de estas mismas dos frases en Levítico han sido descartadas por los cristianos desde hace mucho. Estas frases se usaban para describir todos los días de fiesta, las ofrendas de los holocaustos, los alimentos limpios, los sacerdotes del pacto antiguo y el santuario del pacto antiguo. Léase particularmente los versículos 28 y 29 del mismo capítulo.
Aunque el “diezmo del diezmo” (1%) que era entregado a los sacerdotes era lo “mejor” de lo que recibían los levitas, el diezmo que recibían los levitas era solamente “una décima parte” y no era de lo “mejor” (Lev. 27:32,33).

Pauta #8: Las primicias no son lo mismo que los diezmos
La falsa premisa es que los diezmos son lo mismo que las primicias.
Las primicias era una cantidad muy pequeñas de la primera cosecha y el primogénito era el primer nacido de los animales. Las primicias era tan pequeñas que cabían dentro de un canasto de mano (Deut. 26:1-4, 10; Lev. 23:17; Núm. 18:13-17; 2 Cró. 31:5a).
Las primicias y la ofrenda del primogénito iban directamente al templo para el consumo único de los sacerdotes quienes tenían la obligación de consumirlas en su totalidad dentro del templo (Neh. 10:35-37a; Ex. 23:19; 34:26; Deut. 18:4).
Todo el diezmo levítico iba primero a las ciudades de los levitas y ciertas porciones iban al templo para alimentar tanto a los levitas como a los sacerdotes que ministraban allí por turno (Neh. 10:37b-39; 12:27-29, 44-47; Núm. 18:21-28; 2 Cró. 31:5b). Aunque los levitas se alimentaban con el diezmo, los sacerdotes podían comer también de las primicias, de las ofrendas del primogénito y otras ofrendas.

Pauta #9: La Biblia describe cuatro diferentes tipos de diezmos.
La falsa doctrina ignora todos los otros diezmos y se enfoca en una interpretación errónea del primer diezmo religioso.
El primer diezmo religioso, llamado el “diezmo levítico” tenía dos partes. Nuevamente, el primer diezmo por entero se entregaba a los levitas quienes eran solamente los siervos de los sacerdotes (Núm. 18:21-24; Neh. 10:37). Los levitas a su vez, daban una décima parte de todo el diezmo a los sacerdotes (Núm. 18:25-28; Neh. 10:38). De acuerdo a Deuteronomio 12 y 14, el segundo diezmo religioso, llamado el “diezmo de la fiesta,” era consumido por los adoradores en las calles de Jerusalén durante los tres festivales anuales (Deut. 12:1-19; 14:22-26). Y de acuerdo a Deuteronomio 14 y 26, un tercer diezmo, llamado el “diezmo para los pobres”, se guardaba en los hogares cada tercer año para alimentar a los pobres (Deut. 14:28,29; 26:12,13). Además, de acuerdo a 1 Samuel 8:14-17, el gobernante recogía el primer y el mejor diez por ciento para el uso político. Durante el tiempo de Jesús Roma recogía el primer diez por ciento (10%) de casi todo el alimento y el veinte por ciento (20%) del fruto de las cosechas como su botín de vencedor. Uno se pregunta qué es lo que las iglesias están tratando de esconder cuando escogen al diezmo religioso que más les conviene para sus fines y descartan los otros dos diezmos religiosos importantes.


Pauta #10: Jesús, Pedro, Pablo y los pobres ¡no diezmaban!
La falsa enseñanza es que todo el mundo en el Antiguo Testamento tenía la obligación de dar a Dios al nivel del diez por ciento.
¡Los pobres no tenían obligación alguna de diezmar! Ni tampoco se diezmaba de los resultados de la mano de obra del trabajador, artesano, o por habilidad alguna. Solamente los agricultores y ganaderos recogían el diezmo de lo que Dios producía en aumento. Jesús era un carpintero; Pablo era un fabricante de tiendas y Pedro era un pescador. Ninguna de estas labores los calificaba para diezmar porque no cosechaban de la tierra ni cuidaban del ganado para subsistir. Por lo tanto es incorrecto enseñar que todos pagaban al menos el diezmo de rigor y por lo tanto que en el Nuevo Pacto los cristianos tienen la obligación de al menos comenzar con el mínimo de lo que daban los israelitas en el Pacto Antiguo. Esta falsa premisa se repite muy a menudo y desconoce por completo la definición tan sencilla del diezmo como alimento recogido de los productos del aumento de la siembra o del aumento del ganado.
También es un error enseñar que los pobres de Israel tenían la obligación de pagar el diezmo. De hecho, ¡ellos mismos recibían el diezmo! Una gran parte del diezmo de la segunda fiesta y ¡todo el diezmo especial del tercer año era para los pobres! Había muchas leyes que protegían a los pobres de abuso y de sacrificios costosos que no podían costear (véase también Lev. 14:21; 25:6, 25-28, 35, 36; 27:8; Deu. 12:1-19; 14:23, 28, 29; 15:7, 8, 11; 24:12, 14, 15, 19, 20; 26:11-13; Mal. 3:5; Mat. 12:1, 2; Marcos 2:23, 24; Lucas 2:22-24; 6:1, 2; 2 Cor. 8:12-14; 1 Tim. 5:8; Santiago 1:27).


Pauta #11: A menudo el diezmo se usaba como un impuesto político.
La falsa enseñanza es que los diezmos nunca se pueden comparar a los impuestos o a la tasación.
En la economía hebrea, el diezmo se usaba de una manera totalmente diferente a lo que se predica hoy. Otra vez, los levitas que recibían todo el diezmo ni siquiera eran ministros o sacerdotes – ¡eran solamente los siervos de los sacerdotes! Números, capítulo 3 describe a los levitas como carpinteros, obreros en metalúrgica, curtidores y artesanos quienes cuidaban del mantenimiento del pequeño santuario. Y de acuerdo a 1º de Crónicas, capítulos 23-26, durante el tiempo del rey David y el rey Salomón los levitas todavía eran diestros artesanos encargados de la inspección para dar el visto bueno a toda la obra del templo: 24.000 trabajaban en el templo como obreros y capataces; 6.000 eran oficiales y jueces; 4.000 eran guardias y 4.000 eran músicos. Como representantes oficiales del rey, los levitas usaban sus ingresos del diezmo para fungir como oficiales, jueces, recaudadores de impuestos, tesoreros, guardias del templo, músicos, panaderos, cantantes y soldados profesionales (1 Cró. 12:23, 26; 23:2-5; 26:29-32; 27:5). La razón por la que estos ejemplos del uso de los ingresos del diezmo no se usan como ejemplos hoy para la iglesia es obvia.
También es importante saber que los diezmos del Pacto Antiguo jamás fueron usados para la evangelización de los que no eran israelitas. ¡El diezmo fracasó! Véase Hebreos 7:12-19. Los diezmos jamás fueron el móvil para que los levitas o sacerdotes del Pacto Antiguo establecieran misión alguna o movieran a un solo gentil a convertirse en israelí (Éxo. 23:32; 34:12, 15; Deut. 7:2). El diezmo del Antiguo Pacto fue motivado y dado por mandato de la ley, y no por el amor. De hecho, durante la mayor parte de la historia de Israel los voceros de Dios fueron los profetas – y no los levitas y sacerdotes que vivían del diezmo.


Pauta #12: Los diezmos levíticos por lo general se llevaban a las ciudades de los levitas.
Falsos maestros quieren que pensemos que así como en el Antiguo Testamento los diezmos se llevaban al templo ahora deben ser llevados al “alfolí del edificio de la iglesia”.
¡El diezmo “entero” NUNCA se llevaba al templo! En realidad, la gran parte de los diezmos levíticos ¡jamás llegaba al templo! Los que enseñan otra cosa ignoran las ciudades levíticas y las 24 clases de los levitas y sacerdotes. De acuerdo a Números 35, Josué 20, 21 y 1 Crónicas 6, los levitas y sacerdotes vivían en tierra prestada como Jericó y Hebrón que rodeaba las ciudades levíticas donde ellos labraban las tierras y criaban ganado (diezmado). También es claro a partir de 2 Crónicas 31:15-19 y Nehemías 10:37 que la gente del pueblo tenía que llevar sus diezmos a las ciudades levíticas. ¿Por qué? Porque allí es donde vivía el 98% de los levitas y sacerdotes con sus familias la mayor parte del tiempo. Véase también a Josué 20, 21; Núm. 35; 1 Crónicas 6:48-80; 2 Crónicas 11:13-14; Neh. 12:27-29; 13:10 y Mal. 1:14 para las ciudades levíticas.


Pauta #13: El texto del diezmo que ha sido más abusado es Malaquías 3.
La falsa enseñanza de los diezmos a partir de Malaquías 3 ignora cinco hechos bíblicos importantes.
(1) Malaquías está en el contexto del Pacto Antiguo y jamás se cita en el Nuevo Pacto para avalar el diezmo (Lev. 27:34; Neh. 10:28, 29; Mal. 3:7; 4:4). (2) En 1:6; 2:1 y 3:1-5 Malaquías claramente se dirige a los sacerdotes que no tienen honradez sino están bajo maldición debido a que habían robado las mejores ofrendas de Dios. (3) Se debe tomar en cuenta que los levitas vivían en sus ciudades y Jerusalén no era una ciudad levítica (Josué 20, 21). La enseñanza que el 100% del diezmo era traído al templo no tiene sentido porque la mayoría de los levitas y sacerdotes no vivían en Jerusalén. (4) En Malaquías 3:10-11 los diezmos todavía tienen la forma de alimentos (Lev. 27:30-35). (5) Las 24 clases de levitas y sacerdotes también deben tomarse en cuenta. Comenzando con el rey David y Salomón, se dividían en 24 familias. Estas divisiones seguían vigentes durante el tiempo de Malaquías según lo requerido por Esdras y Nehemías. Ya que solo una familia servía en el templo por solo una semana a la vez, no había razón alguna para enviar TODO el diezmo al templo cuando el 98% tenía como finalidad la alimentación de los que quedaban en las ciudades levíticas (para las clases véase 1 Cró. capítulos 23-26; 28:13, 21; 2 Cró. 8:14; 23:8; 31:2, 15-19; 35:4, 5, 10; Esdras 6:18; Neh. 11:19, 30; 12:24; 13:9, 10; Lucas 1:5).
Por tanto, al analizar el contexto de las ciudades levíticas, las 24 familias de sacerdotes, los niños menores de edad, las esposas, Números 18:20-28, 2 Crónicas 31:15-19, Nehemías 10-13, y todo Malaquías, solamente como el 2% del diezmo normalmente se requería en el templo de Jerusalén.
Tanto la bendición como la maldición de Malaquías 3:9-11 estuvo en vigencia hasta que el Pacto Antiguo caducó en la cruz. Los que escucharon a Malaquías por voluntad propia reafirmaron el Pacto Antiguo (Neh. 10:28,29). “Maldito el que no confirme las palabras de esta ley, poniéndolas por obra.” Y todo el pueblo dirá: “Amén.” (Deu. 27:26 citado en Gál. 3:10). Pero Jesús puso fin a la maldición. “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición; (porque está escrito: Maldito cualquiera que es colgado en madero)” (Gál. 3:13).
Hoy las personas de los ingresos más bajos son los que pagan la mayor cantidad a las agencias de caridad. Sin embargo la mayoría sigue en pobreza. Ni la lotería, ni el diezmo es la respuesta mágica que sustituye a la educación, determinación y el arduo trabajo. Si Malaquías 3:10 de veras funcionara para los cristianos del Nuevo Pacto, entonces los millones de cristianos pobres que pagan el diezmo ya hubieran escapado la pobreza y ya sería el grupo más adinerado del mundo en vez de seguir entre el grupo más pobre. No hay prueba alguna que la mayoría de gente pobre que “paga el diezmo” jamás recibe bendición financiera sencillamente porque paga el diezmo. Las bendiciones del Pacto Antiguo no son las bendiciones del Nuevo Pacto (Heb. 7:18, 19; 8:6-8, 13).


Pauta #14: El Nuevo Testamento no enseña el diezmo.
La falsa doctrina es que Jesús enseñó el diezmo en Mateo 23:23, lo cual según dicen ellos, es evidente en el Nuevo Testamento.
El Nuevo Pacto no comenzó cuando Jesús nació sino cuando él murió (Gál. 3:19, 24, 25; 4:4, 5). El diezmo no es enseñanza para la iglesia ¡después de la cruz! Cuando Jesús habló del diezmo en Mateo 23:23, el “ustedes” se refería a la obediencia judía a la ley del Pacto Antiguo el cual el apoyó y endosó hasta la cruz (véase “de la ley” en 23:23). En Mateo 23:2 y 3 (el contexto de 23:23) Jesús le dijo a sus seguidores judíos que obedecieran a los escribas y fariseos “porque se sientan en la cátedra de Moisés”. Sin embargo él no mandó que los gentiles que él sanó se presentaran a los sacerdotes y que obedecieran la ley de Moisés (compárese con Mat. 5:23, 24 y 8.4). Y las iglesias de hoy no recaudan diezmos de las hierbas de las hortalizas tal como Jesús ordenara.
Después de la cruz no hay ni un solo texto bíblico en el Nuevo Testamento que enseña el diezmo – ¡punto! Hechos 2:42-47 y 4:32-35 no dan el ejemplo del diezmo para el sostén de los líderes de la iglesia. De acuerdo a 2:46 los cristianos judíos seguían adorando en el templo. Y de acuerdo a 2:44 y 4:33,34 los dirigentes de la iglesia compartían por igual con los feligreses de lo que recibían (lo que no se hace hoy). Finalmente Hechos 21:20-25 comprueba que los cristianos judíos seguían observando celosamente la ley mosaica 30 años después – y eso debe haber incluido el diezmo – de otra manera no los hubieran permitido entrar al templo para adorar. Por lo tanto, cualquier diezmo recogido por los primeros cristianos judíos llegaba al templo y no iba para el apoyo de la iglesia.


Pauta #15: El sacerdocio limitado del Antiguo Pacto fue reemplazado por el sacerdocio de todos los creyentes.
La falsa enseñanza es que los ancianos y pastores del Nuevo Pacto sencillamente siguen la misma línea del sacerdocio del Pacto Antiguo mereciendo el diezmo.
Compárese a Éxodo 19:5,6 con 1 Pedro 2:9, 10. Antes del incidente del becerro de oro, la intención de Dios había sido que cada israelita fuera un sacerdote de tal modo que el diezmo jamás se hubiera establecido. Los sacerdotes no diezmaban pero recibían una décima parte del primer diezmo (Núm. 18:26-28; Neh. 10:37,38).
La función y el propósito del sacerdocio del Pacto Antiguo fue reemplazado, no por los ancianos y pastores, sino por el sacerdocio de todos los creyentes. Al igual que todos los reglamentos de la ley, el diezmo era tan solo una sombra provisional hasta que llegara Cristo (Efe. 2:14-16; Col. 2:13-17; Heb. 10:1). En el Nuevo Pacto cada creyente es hecho un sacerdote hacia con Dios (1 Pet. 2:9, 10; Rev. 1:6; 5:10). Y como sacerdote, cada creyente ofrece sacrificios a Dios (Heb. 4:16; 10:19-22; 13:15, 16). Por tanto, cada ordenanza que previamente sostenía relación con el antiguo sacerdocio fue borrada en la cruz. Puesto que Jesús tampoco era de la tribu de Leví, hasta él mismo no calificó. Por tanto el propósito original del diezmo ya no existe (Heb. 7:12-19; Gal. 3:19, 24, 25; 2 Cor. 3:10-18).


Pauta #16: La iglesia del nuevo pacto ni es un edificio ni es un alfolí.
La falsa enseñanza es que en el cristianismo los edificios llamados “iglesias” “tabernáculos” o “templos” reemplazan al templo del Antiguo Testamento como la morada de Dios.
La palabra de Dios jamás designa a las iglesias del Nuevo Pacto como “tabernáculos”, “templos” o “edificios” en ¡los que mora Dios! La iglesia de Dios, la morada de Dios, está dentro de los creyentes. Los creyentes “no van a la iglesia” – sino que los creyentes se “congregan para adorar”. Además, ya que los sacerdotes del Antiguo Testamento no pagaban el diezmo, entonces no es lógico seguir con esa práctica. Por lo tanto, es un error llamar a un edificio “el alfolí de Dios” para los diezmos. (1 Cor. 3:16, 17; 6:19, 20; Efe. 1:22, 23; 2:21; 4:12-16; Apo. 3:12). Para “el alfolí” o “mi casa” compárese a 1 Corintios 16:2 con 2 Corintios 12:14 y Hechos 20:17, 32-35. Durante varios siglos después del calvario los cristianos ni tenían sus propios edificios (para llamarlos alfolí) ya que el cristianismo era una religión prohibida.


Pauta #17: La iglesia crece al par que ejerce los principios del nuevo pacto.
La falsa enseñanza implica que los principios de la gracia no son tan buenos como los principios de la dadivosidad en el antiguo pacto.
En el Nuevo Pacto: (1) De acuerdo a Gálatas 5:16-23, no hay ninguna ley física que controle el fruto del Espíritu. (2) 2 Corintios 3:10 dice que el Pacto Antiguo “no tiene gloria” cuando se compara con la “sobreabundante” gloria y libertad del Espíritu. (3) Hebreos 7 es la única mención después del calvario del diezmo y explica la razón por la que el sacerdocio levítico debe ser reemplazado por el sacerdocio de Cristo porque el primero era débil e infructuoso. Al estudiar Hebreos 7 se nota una progresión desde el versículo 5 al versículo 12 hasta el 19. (4) La manera como se enseña el diezmo hoy manifiesta el fracaso de la iglesia de creer y actuar sobre los mejores principios del amor, la gracia y la fe. Las normas de dar por obligación no pueden, no han resultado y no prosperarán a la iglesia más que los principios guiados por el amor a Cristo y a las almas perdidas (2 Cor. 8:7,8).


Pauta #18: La preferencia del apóstol Pablo fue que los líderes de la iglesia fueran de sostén propio.
La falsa enseñanza es que Pablo enseñó y practicó el diezmo.
Como rabino judío, Pablo se contaba entre los que persistían en trabajar para su propio sostén (Hechos 18:3; 1 Tes. 2:9, 10; 2 Tes. 3:8-14). Aunque Pablo no condena a los que pueden recibir todo el apoyo, tampoco enseña que el apoyo financiero total es la voluntad de Dios obligatoria para el avance del evangelio (1 Cor. 9:12). De hecho, dos veces, en Hechos 20:29-35 como también en 2 Corintios 12:14, Pablo urge a los ancianos de la iglesia que trabajen para prestar apoyo a los creyentes necesitados de la iglesia.
Para Pablo, “vivir el evangelio” significaba “vivir por los principios del evangelio de fe, amor y gracia” (1 Cor. 9:14). Aunque Pablo entendía que él tenía cierto “derecho” a algún apoyo, él concluyó que su “libertad”, o el sentirse libre de predicar sin impedimentos le era más importante en el cumplimiento de su llamamiento para con Dios (1 Cor. 9:12, 15; 2 Cor. 11:7-13; 12:13, 14;1 Tes. 2:5, 6). Mientras trabajaba fabricando tiendas, Pablo aceptó un apoyo limitado pero se jactaba que su paga, o salario, era que él podía predicar el evangelio voluntariamente, sin ser carga para otros (1 Cor. 9:16-19).


Pauta #19: El diezmo no fue ley para la iglesia hasta el 777 a.d.
La falsa enseñanza es que la Iglesia siempre ha enseñado el diezmo.
Los primeras congregaciones cristianas se formaron siguiendo el patrón de las sinagogas judías dirigidas por los rabinos que como Pablo, se negaban a recibir ingresos de la predicación y la enseñanza de la palabra de Dios. Hay muchos libros en torno a la vida social de los judíos que explican este detalle.
Desde la muerte de Cristo hasta que el cristianismo llegó a ser una religión con reconocimiento legal 300 años después, la mayoría de los grandes líderes de la iglesia se impusieron votos de pobreza. ¡Este es un hecho histórico con apoyo en documentos históricos! Tomaron literalmente las palabras de Jesús al joven rico en Lucas 18:22 “vende todo lo que tienes, y da á los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme”. La mayoría de los historiadores de la iglesia están de acuerdo que estos primeros líderes de la iglesia al menos por los primeros 200 años trabajaban en sostén propio. Un líder cristiano no podía decirle a un oficial del censo romano que su trabajo era de tiempo completo en la predicación de una religión “prohibida”.
Clementino de Roma (c95), Justo el Mártir (c150), Irineo (c150-200) y Tertulio (c150-200) todos se oponían al diezmo por ser estrictamente una tradición judía. El Didache (c150-200) sancionaba a los apóstoles itinerantes que se quedaban más de tres días y luego pedían dinero. Los viajeros que decidían quedarse con ellos se veían obligados de aprender un oficio. Los que enseñan el diezmo no citan las declaraciones de estos padres de la iglesia que se oponían al diezmo.
Ciprio (200-258) fracasó cuando intentó imponer el diezmo en Cartago, África del norte alrededor del 250 a.d. Sin embargo, cuando se convirtió, Ciprio entregó su gran riqueza personal a los pobres y tomó un voto de pobreza. Y – debemos recordar – sus ideas del diezmo no fueron adoptadas.
Cuando los maestros del diezmo citan a Ambrosio, Crisóstomo y Agustín como los así llamados “padres de la iglesia” por pura conveniencia no incluyen los primeros 200 años de la historia de la iglesia. Aun después que el cristianismo fue legalizado en el siglo cuarto muchos de los grandes líderes espirituales tomaron votos de suma pobreza prefiriendo vivir vida de solteros en monasterios. Si es que van a citar a estos maestros del diezmo, entonces la iglesia también debe escuchar el tipo de vida que ellos vivían.
Aunque están en desacuerdo con sus propios teólogos, la mayoría de los historiadores de la iglesia escriben que el diezmo no llegó a ser una doctrina aceptada en la iglesia por más de 700 años después de la cruz. De acuerdo a los mejores historiadores y enciclopedias, no fue sino hasta después de 500 años que el concilio local de la iglesia de Macón en Francia, en el año 585, intentó sin éxito de imponer diezmo sobre sus miembros. No fue sino hasta el año 777 que Carlos el Magno permitió que la iglesia por aval de ley pudiera recoger los diezmos. Tal cual, amigo mío, es la historia del diezmo según la Enciclopedia Británica, la Enciclopedia Americana, y la Enciclopedia Católica Romana para que todos la lean. Estos hechos históricos debieran servir como prueba para alguien.


Conclusión
En la palabra de Dios, el “diezmo” no aparece por sí solo. Es el diezmo de los ALIMENTOS.” El diezmo bíblico fue limitado dentro de un marco estrecho por el mismo Dios. El verdadero diezmo bíblico siempre tuvo estas características: (1) solamente lo que era alimento o comida, (2) solamente de las granjas y el ganado, (3) dado solamente por israelitas, (4) quienes solamente vivían dentro de la tierra santa, dentro de la frontera de Israel, (5) solamente de acuerdo a las condiciones del Pacto Antiguo y (6) el aumento solamente se podía recoger de los que Dios había producido.
Por lo tanto, (1) objetos que no eran de alimento no podían ser diezmado; (2) animales de caza silvestre y de pesca no podían ser diezmados; (3) los que no eran israelitas no podían diezmar; (4) alimento fuera de la tierra santa de Dios no podía ser diezmado; (5) cuando ya no había sacerdocio levítico no había ley en rigor que obligara el diezmo; y (6) el diezmo no provenía de lo que había producido la mano del hombre o capturado por sus propias manos en la pesca o en la cacería.
Invito a los líderes de la iglesia a mostrar apertura a dialogar en torno a este tema. El estudio atento y cuidadoso de la palabra de Dios es indispensable para el crecimiento de la iglesia. Que Dios le bendiga al participar en este estudio.
(Le insto a reimprimir y distribuir este artículo).
Traducción: Haroldo S. Camacho.

Ahora el segundo estudio,no menos importante.
1. ¿Qué significa la palabra “diezmo”?
-La décima parte.
2. ¿Dónde menciona la Biblia por primera vez los diezmos?
-En Génesis 14:20. Abraham dio “los diezmos de todo”, o “del botín” (Hebreos 7:4), a Melquisedec, rey y sacerdote de Salem (Jerusalén). Se alude a este suceso en Hebreos 7:1-11, donde Melquisedec es presentado como tipo de Cristo.
3. ¿En qué consistían los diezmos entregados por Abraham a Melquisedec?
-Eran “del botín” (Hebreos 7:4), es decir, de los bienes materiales rescatados por Abraham cuando este derrotó a los reyes del oriente (Génesis 14:1-20).
(Para un análisis bastante completo de Melquisedec como tipo de Cristo, Hebreos 7:1-10 y Génesis 14:17-20, se recomienda el estudio: “¿DIEZMOS en la IGLESIA? Melquisedec, Abraham y Cristo. ¿Debemos los cristianos diezmar porque Abraham dio diezmos a Melquisedec? Hebreos 7:1-10; Génesis 14:17:20.” (05 03 04. Seis páginas)
4. Antes del tiempo de Moisés, ¿se encuentran otros ejemplos de quienes diezmaban?
-Solo el de Jacob quien hizo voto de apartar el diezmo de todo, con tal que el viaje que estaba realizando tuviera un desenlace feliz (Génesis 28:20-22). Que conste: Dios no mandó a Jacob a hacer el voto. Jacob hizo el voto de su propia voluntad. La fraseología del voto descubre un espíritu poco maduro que condiciona fe en Dios en bendiciones que Jacob deseaba para su viaje. “Jehová será mi Dios si….” (28:21). ¿Cuáles son las condiciones? “Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios” (28:20-21). Luego promete “y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti”. Muy parecida a la mentalidad de muchos “creyentes” de actualidad, ¿cierto? La mentalidad egoísta y materialista de intentar hacer tratos, convenios o negocios con Dios. En cambio, el cristiano entendido y maduro conserva su fe en Dios, no importando lo que le pase en esta vida material.
5. ¿Diezmaban todos los patriarcas desde Adán hasta Moisés?
-No hay ninguna evidencia bíblica de que lo hicieran. Durante la Era Patriarcal no existía ningún sacerdocio especial, tal como el sacerdocio levítico de la Era Mosaica, que necesitara sostenimiento. Se deduce que no hacía falta que se dieran de continuo los diezmos durante la Edad Patriarcal. No existiendo ningún sacerdocio especial, ¿a quiénes los hubiesen entregado, y para qué?
6. Al recibir el pueblo de Israel las leyes dadas a través de Moisés, ¿cómo lee el mandamiento sobre diezmar?
- “Indefectiblemente diezmarás… cada año” (Deuteronomio 14:22).
7. ¿Con qué frecuencia debían diezmar?
-“Cada año” (Deuteronomio 14:22). ¡Una sola vez al año! No cada mes, ni cada semana, sino ¡una sola vez al año! Esta ley desmiente la práctica actual de no pocos pastores, profetas, evangelistas o “reverendos” quienes enseñan y exigen el diezmo, pues ¡ordenan que los feligreses diezmen cada semana!
8. ¿De qué cosas tenían que diezmar los israelitas?
-“De todo el producto del grano” (Deuteronomio 14:22). “De… vino y de… aceite” (Deuteronomio 14:23).
-“De la simiente de la tierra como del fruto de los árboles” (Levítico 27:30).
-“De vacas… de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara”, es decir, que fueran contados al salir a los pastos (Levítico 27:32).
Y los líderes religiosos del presente que enseñan el diezmo, ¿piden a los feligreses la décima parte de los productos del campo (bananas, cocos, uvas, maíz, trigo) y de los animales (vacas, caballos, ovejas, cabras) o de las aves (gallinas, pavos)? ¿O solo piden dinero?
9. ¿Diezmaban los israelitas de su dinero?
-Ningún pasaje del Antiguo Testamento enseña el diezmo del dinero. Según Lucas 18:12, el fariseo que oraba, jactándose, dijo: “Doy diezmos de todo lo que gano”. Tal vez impliquen sus palabras que diezmase de su dinero. Con todo, las leyes del Antiguo Testamento sobre el diezmo claramente especificaban que el diezmo se constituía de lo que servia para la alimentación de los sacerdotes levíticos.
10. Si los israelitas querían “rescatar algo del diezmo”, o sea, retener una porción del diezmo de los productos del campo o del ganado, ¿qué debían hacer?
-Calcular su valor, luego añadir por encima de su precio justo “la quinta parte de dicho precio” (Levítico 27:31).
11. ¿Qué debían hacer los israelitas con los diezmos?
-“Y comerás delante de… tu Dios en el lugar que él escogiere… el diezmo de tu grano…” (Deuteronomio 14:23). Durante los primeros dos años de cada ciclo, los israelitas comían sus diezmos. El tercer año, y de ahí en adelante “cada tres años”, entregaban “todo el diezmo… de aquel año” a los levitas (la tribu sacerdotal de Israel), a los extranjeros, al huérfano y a la viuda (Deuteronomio 14:28,29).
12. ¿Quiere decir que no todos los diezmos fueron dados a los Levitas?
-Deuteronomio 14:22-29 y 26:12 enseñan que los levitas recibían todos los diezmos solo del “año tercero, el año del diezmo”. Según Deuteronomio 12:17-18, para los demás años los levitas comían los diezmos juntamente con los que los daban, participando de ellos también los hijos y los siervos de los israelitas.
-Y los líderes religiosos del presente que exigen diezmos, no pocos a voz en cuello, con amenazas fulminantes, ¿los piden cada tres años? ¿O los piden cada semana? ¿Comparten los diezmos con el extranjero, el huérfano y la viuda? ¿O los utilizan exclusivamente para su propio beneficio? Consabido es que no pocos pastores se enriquecen mediante los muchos diezmos de dinero que reciben. Habitan casas grandes. Visten ropa costosa. Andan en carros lujosos. Tienen mucho dinero en el banco. Viven como príncipes o reyes. Todo a expenses del pueblo creyente que desconoce la verdad sobre la doctrina de diezmos.
13. Dice Números 18:21 que Dios dio “a los hijos de Leví todos los diezmos”. ¿Contradice este texto a los dos pasajes de Deuteronomio ya citados?
-Negativo. Es preciso interpretar Números 18:21 a la luz de Deuteronomio 14:23 y 26:12. Los Levitas recibían como heredad todos los diezmos de cada tercer año.
14. ¿Por qué debía comer el israelita sus diezmos de los primeros dos años?
-“Para que aprendas a temer a Jehová todos los días” (Deuteronomio 14:23).
15. ¿Dónde debía comer el israelita sus diezmos?
-“Delante de Jehová” (Deuteronomio 14:26), y solo en el lugar que él escogiere (Deuteronomio 14:23). Se deduce que comerlos era un acto sagrado.
16. De encontrarse algunos israelitas tan lejos del lugar escogido por Jehová para comer los diezmos que no pudieran llevar la décima parte del grano o del ganado, ¿qué debían hacer?
-Vender los diezmos, guardar el dinero, llegar al lugar señalado y comprar “cualquier cosa” que desearan comer (Deuteronomio 14:24-26). Es notable que estos israelitas no cumplían con su deber entregándole a los sacerdotes dinero. ¡Debían comprar comestibles y comérselos ellos mismos! ¿No es interesante y muy instructivo este particular?
-¿Dónde comen sus diezmos los creyentes que, hoy por hoy, diezman? En primer lugar, no diezman de las cosechas o del ganado sino de dinero. En segundo lugar, no guardan ninguna de estas leyes del Antiguo Testamento referente al uso de los diezmos. Si hay que diezmar hoy día, con razón se pregunta: ¿por qué no hacerlo tal como fue hecho durante la Edad Mosaica, con el mismo propósito y de la misma manera? Hay quienes argumentan que estas directrices de la Ley Mosaica no vienen al caso ya que los diezmos predatan a Moisés, y citan a Abraham y Jacob. Pero también predatan a Moisés el altar de piedra y sacrificios de animales. Por lo tanto, ¿debemos edificar altares y sacrificar animales? Obviamente, esto de “predatar” no prueba nada.
17. ¿Dónde se guardaban los diezmos que fueron apartados cada tres años para el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda?
-En los ejidos de las ciudades de Israel (Deuteronomio 14:28; Nehemías 12:44). Desde aquellos lugares, o fueron repartidos directamente entre los que tenían derecho de recibirlos (Deuteronomio 26:12) o fueron llevados y almacenados en las cámaras del templo en Jerusalén (2 Crónicas 3 1:4-13; Nehemías 12:44; 13:12). Los mayordomos encargados de los almacenes repartían los diezmos entre sus hermanos (2 Crónicas 31:11-13; Nehemías 13: 12-13).
18. ¿Qué quiere decir “alfolí” en Malaquías 3:10? Exhorta Jehová: “Traed todos los diezmos al alfolí”.
-El “alfolí” era un granero, o almacén, donde los judíos guardaban los diezmos. Desde luego, hacía falta un almacén para guardar el diezmo de los productos del campo y del ganado, ¡pero no para dinero! El dinero se guarda en cajas de seguridad, bancos u otro lugar seguro, pero ¡no en un alfolí!
-El “alfolí” del tiempo presente, ¿qué cosa es? Pues, las cosas cambian, o las cambian a su gusto algunos religiosos muy propensos a ir, atrevidamente, más allá de las Escrituras. Hoy día, el “alfolí” ¡es el bolsillo del pastor o la cuenta de la iglesia!
19. ¿Por qué nombró Dios a los levitas como recipientes de los diezmos de cada tres años?
-Porque Dios mismo había seleccionado a la tribu de Leví para que se dedicaran los varones calificados al servicio del tabernáculo (Números 13:1-4). “Por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión” (Números 13:21), no recibiendo heredad (o sea, una porción de la tierra prometida) entre los demás israelitas. Efectivamente, los diezmos eran su heredad (Números 18:20-24).
-Hoy por hoy, los que piden diezmos, ¿pertenecen a la tribu de Leví? Si no son levitas, ¿con qué derecho reclaman diezmos?
(No faltan pastores que argumentan: “En la actualidad, nosotros los pastores somos los sacerdotes de la iglesia de Cristo”. Le recomendamos el estudio al respecto disponible entre los recursos sobre estos temas.)
20. ¿Contaban los levitas con otras fuentes de sostenimiento en adición a los diezmos de cada tres año?
-Les correspondían también “la ofrenda de las cosas santas “, “todo presente“, “toda expiación“, la “ofrenda elevada”, las “ofrendas mecidas”, las primicias “de todas las cosas de la tierra”, “lo consagrado por voto” y los primogénitos de todos los animales, con la excepción de los que debían ser redimidos (Números 18:8,19).
-Surge una pregunta para los defensores actuales de diezmos para pastores o evangelistas: ¿por qué no reclamar también las expiaciones, ofrendas elevadas, ofrendas mecidas, etcétera? Si tienen derecho de vivir de los diezmos, pues, lógicamente. también derecho tienen de acogerse a las demás fuentes de sostenimiento que autorizó Dios para los levitas. Igualmente, si “la ofrenda elevada”, “las ofrendas mecidas”, etcétera, fueron abolidas cuando el Antiguo Testamento fue clavado en la cruz, cambiándose todo aquel sistema sacerdotal viejo para uno completamente nuevo (Colosenses 2:14-16; Hebreos 7:12), ¡también fueron abolidos los diezmos!
21. ¿Debían diezmar los levitas?
-En definitiva. “Presentaréis el diezmo de los diezmos”, instruyó Jehová a los levitas (Números 18:26-32).
-Los líderes religiosos del tiempo presente que exigen diezmos, ¿también diezman? Observamos como muchos acaparan gustosamente, si bien no con avaricia, los diezmos, pero ¿dan ellos “el diezmo de los diezmos”? ¿O los meten todos en el bolsillo y siguen andando?
22. En Malaquías 3:10, Dios dice: “Traed todos los diezmos al alfolí”. ¿Es correcto exhortarle a la iglesia a diezmar, apelando a este texto como prueba?
-Definitivamente que no. Malaquías 3:10 pertenece al Antiguo Testamento. El Antiguo Testamento ha sido abrogado en su totalidad (2 Corintios 3:6-17; Hebreos 7:18-19), quitado de en medio y clavado en la cruz (Colosenses 2:14-16). Los diezmos de Malaquías 3:10 procedían de los productos del campo y del ganado. Obsérvese la frase en el pasaje: “Y haya alimento en mi casa”. ¡Dinero no, sino ALIMENTO! Recalcamos: el “alfolí” mencionado en el texto era un almacén. La “casa” era el templo en Jerusalén.
23. Según Mateo 23:23, Cristo, al decir “sin dejar de hacer aquello”, respaldó la práctica de diezmar, en efecto mandando a los judíos de su tiempo a diezmar. Por consiguiente, ¿debemos sus discípulos diezmar también porque el mismo Señor enseñó el diezmo?
-Negativo. La respuesta es que no por la sencilla razón de que Cristo vivió y murió bajo el Antiguo Testamento (Gálatas 4:4), no entrando en vigor el Nuevo Testamento hasta diez días después de ascender el Señor al cielo (Hechos 1 y 2; Hebreos 9:14-17). Por lo tanto, no es de extrañarse que el Señor enseñara la ley del diezmo ya que él mismo vino a cumplir toda la Ley Antigua. Una vez cumplida, fue quitada de en medio, efectuando Dios mismo el “cambio de ley” correspondiente (Hebreos 7:12), y entrando en vigor el Nuevo Testamento establecido sobre “mejores promesas” (Hebreos 8:8-13). En este Nuevo Pacto es donde encontramos las leyes de fe y práctica para la iglesia, y no en el Antiguo Testamento.
24. ¿Se nombran los diezmos en el Nuevo Testamento después de que este Nuevo Pacto, sellado con la sangre de Cristo, entrara en vigor?
-Solo en Hebreos 7:1-14. El estudioso de este pasaje bíblico comprendo pronto que el propósito del autor no es enseñar a la iglesia a diezmar sino probar que el sacerdocio de Melquisedec es superior al sacerdocio levítico.
25. Hebreos 7:8 dice: “Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales”. ¿Significan estas palabras que en la iglesia del Siglo I hubiese hermanos que reciberan diezmos?
-Negativo. Cierto es que el verbo “reciben” indica tiempo presente. ¿Por qué utiliza el autor de Hebreos este verbo de tiempo presente? Porque cuando escribió el libro el templo judío todavía existía en Jerusalén, y los levitas seguían recibiendo los diezmos del pueblo judío, pues la gran mayoría de los judíos, incluso los levitas, no había aceptado a Cristo como el Mesías ni creía que el Antiguo Testamento hubiese llegado a su fin.
26. Melquisedec era tipo de Cristo y Abraham es el padre de todos los que andamos por fe. Si Abraham dio diezmos a Melquisedec, ¿no nos enseñan estas circunstancias, por implicación, que nosotros los cristianos, siendo hijos espirituales de Abraham, debemos dar a Cristo, el ante tipo de Melquisedec, los diezmos?
-El Espíritu Santo no nos presenta semejante argumento en el Nuevo Testamento para convencer a los miembros de la iglesia de Jesucristo a diezmar. Dado el contexto de Hebreos, el capítulo siete, bien pudiera haber el Espíritu Santo desarrollado tal argumento, pero no lo hizo, hecho significante que no pasará por alto el estudioso perspicaz e imparcial. Ahora bien, Abraham es el padre de la fe (Gálatas 3:7) para los que obedecemos los preceptos del Nuevo Testamento, pero no por este enlace espiritual entre él y nosotros nos vemos obligados a edificar altares de piedras o sacrificar animales porque él lo hiciera, ¡ni a diezmar porque él diezmó! La fe de Abraham es la virtud que imitamos, y no la clase de obras que aquel renombrado patriarca realizara.
27. ¿Diezmaban los miembros de la iglesia primitiva?
-Negativo. No recibieron mandamiento alguno que los obligara a diezmar. En todo el Nuevo Testamento, ¡no hay siquiera un solo ejemplo de algún hermano o iglesia que diezmara! ¡Ni uno! ¿Adónde habrían de llevar los diezmos? ¡La iglesia no tenía “alfolíes”, templos tal cual el de Jerusalén o almacenes! La iglesia, ya libre del Antiguo Testamento, no tenía que sostener al sacerdocio levítico. Cristo no estableció en su iglesia un sacerdocio especial, el que los miembros tuvieran que sostener mediante diezmos, sino constituyó a todos los miembros de su iglesia “reyes y sacerdotes” (1 Pedro 2:4-10; Apocalipsis 1:6).
28. ¿No había sacerdotes en la iglesia apostólica?
-Sacerdotes tal como los de Leví no los había. Tenga presente, estimado lector, el hecho de que el sacerdocio fue cambiado (Hebreos 7:12) cuando Cristo murió, y entró en vigor el Nuevo Testamento. Bajo el Nuevo Testamento, Cristo es el sumo sacerdote (Hebreos 4:14-16) y todo miembro fiel de la iglesia es constituido sacerdote “para ofrecer sacrificios espirituales” (1 Pedro 2:4-10). Sacerdotes que sacrificasen, intercediesen o celebrasen culto por los creyentes no los había en la iglesia establecida por Cristo, ¡ni los hay en el día de hoy en la verdadera iglesia del Señor!
29. Entonces, ¿qué líderes se constituyeron en la iglesia?
-Además de los apóstoles, había ministros o evangelistas (2 Corintios 3:6), y en cada congregación local gobernaban ancianos, o sea, pastores, también identificados como obispos (siempre una pluralidad y no un solo obispo o pastor). Además había diáconos (Tito 1:5-11; Hechos 14:23; Filipenses 1:1; 1 Timoteo 3).
30. ¿Puede la iglesia sostener económicamente a sus ministros o ancianos (pastores, obispos) para que se dediquen a tiempo completo a los distintos ministerios?
-Sin duda alguna. “Ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio” (1 Corintios 9:14). En ocasiones, el apóstol Pablo trabajaba con sus propias manos para “no poner ningún obstáculo al evangelio” (1 Corintios 9:12), o “para no ser gravoso a ninguno” (2 Tesalonicenses 3:8). No obstante, a veces recibía “salario” (2 Corintios 11:8), y siempre defendía el derecho de los obreros en el Reino espiritual de recibir sostenimiento (1 Corintios 9:1-15; 2 Tesalonicenses 3:6-10; Filipenses 2:25-30; 4:10-20; 1 Timoteo 5:17-18).
31. En 1 Corintios 9:9, Pablo cita “la ley de Moisés” donde “está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla”. ¿Implica su argumento que la ley de Moisés aún está en vigor y que los cristianos debemos apartar el diezmo para sostener a los evangelistas u obispos?
-De manera alguna. Citar la Ley de Moisés no quiere decir que referida Ley aún esté vigente. Lo único que significa es que la parte citada apoya la enseñanza que se quiere presentar, sin contradecir doctrina alguna del Nuevo Testamento. El mandamiento “No pondrás bozal al buey que trilla” (Deuteronomio 25:4) nada tuvo que ver con los diezmos. ¡Los bueyes no se comían los diezmos! ¡Ni tampoco viven de los diezmos los obreros legítimos y fieles de la verdadera iglesia del Señor!
32. En 1 Corintios 9:13, el apóstol Pablo escribe: “Los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo”. ¿No se refieren estas palabras a los diezmos?
-Es posible que sí. Quizá se trate de los sacerdotes levíticos que comían los diezmos traídos al templo judío en Jerusalén. Es preciso tener presente el hecho de que el templo judío aún existía en Jerusalén cuando fue escrito 1 Corintios y que los levitas seguían oficiando en él. Aquellos levitas que no aceptaron a Cristo como el Mesías vivían en parte de los diezmos, como también de los holocaustos y las ofrendas mecidas, etcétera. Su ejemplo es uno de entre varios traídos por Pablo para probar que los ministros de la iglesia también tienen derecho de recibir sostenimiento. Otros ejemplos son: “¡Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto?” (1 Corintios 9:7). Referirse al ejemplo de los levitas no significa, ni por implicación, que la iglesia esté obligada a apartar el diezmo para sostener a los obreros espirituales del Reino.
33. Si los diezmos fueron abolidos cuando fue clavado el Antiguo Testamento en la cruz, ¿cómo se sostienen bíblicamente los ministros del Nuevo Pacto?
-Mediante las ofrendas voluntarias apartadas cada domingo por los cristianos. La regla del Nuevo Testamento es: “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga algo, según haya prosperado” (1 Corintios 16:2). “Cada primer día” (Todos los domingos. Los sábados, no, ni los demás días, sino los domingos.) cada uno… (Todos y cada uno, y no unos pocos.) ”ponga aparte algo” (El diezmo no, sino algo. Compárese 2 Corintios 8:1-12; 9:7,8). Los fondos recaudados de esta manera pueden ser utilizados para socorrer a los necesitados (Romanos 15:26) o para suplir las necesidades de los ministros del Reino (Filipenses 4:10-20).
-Además, los cristianos debían brindarle hospedaje a los ministros de la Palabra, cooperando con ellos y encaminándolos para que continuaran sus viajes evangelísticos (3 Juan 5-8; Hechos 6:14-15; 18:1-3,7). Asimismo ha de proceder la iglesia hoy día. Cuando Cristo envió a los doce, y luego a los setenta, no los instruyó a cobrar diezmos sino a quedarse en los hogares de los justos y a comer lo que les pusieran delante (Mateo 10:5-15; Lucas 10:1-12).
34. ¿En qué consistían las ofrendas dadas cada domingo por los miembros de la iglesia primitiva?
-Los relatos y detalles circunstanciales divulgados en el Nuevo Testamento indican que consistían principalmente de dinero. La iglesia no contaba con un alfolí (granero) central. No es concebible que Pablo y los pocos obreros que andaban con él en la misión de llevar las ofrendas de Macedonia y Acaya a Judea cargaran muchos víveres, ganado, etcétera. Obviamente, las ofrendas que llevaban eran de dinero (2 Corintios, los capítulos ocho y nueve). Las dádivas enviadas por los filipenses a Pablo por un solo hombre (Epafrodito) eran, sin duda, de dinero (Filipenses 2:25-30; 4:10-20). En cambio, los diezmos dados por Israel eran de granos, aceite, ganado, etcétera.
35. ¿Qué significa “salario” en el contexto de 2 Corintios 11:8?
-Indica un ingreso justo, suficiente para que el ministro de la Palabra pueda sufragar los gastos normales de la vida.
36. ¿Puede la iglesia proveer sostenimiento para la esposa e hijos jóvenes del predicador u obispo casado?
-Puede y debe, si es necesario para el bienestar de la familia (1 Corintios 9:5-6).
37. ¿Quiénes tienen control absoluto de las ofrendas?
-Lógicamente, los encargados de cada congregación. En la iglesia primitiva no había concilios que se adueñaran de las ofrendas o que exigieran “el diezmo de los diezmos”.
-En la actualidad, hay muchos atropellos y escándalos en muchas iglesias a causa de “diezmos” exigidos, recibidos y administrados por un solo oficial, “el pastor”. ¿Cuál congregación de los tiempos apostólicos fue gobernada por un solo “pastor”? Se conoce a una sola, a saber, la que Diótrefes dominaba. Lejos de encomiar el apóstol Juan a Diótrefes, lo denunció severamente diciendo: “Le gusta tener el primer lugar entre ellos… recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohíbe, y los expulsa de la iglesia” (3 Juan 9-10), rasgos de verdadero dictador. ¿No actúan como “dictadores” gran número de los “pastores” que imponen diezmos?
38. Al tratarse de la generosidad, ¿debemos los cristianos superar aun a los israelitas?
-Se deduce que si, pues nuestra obra es más abarcadora y más urgente que la de aquellos israelitas. Con “la voluntad dispuesta”, debemos ofrendar, no según lo que no tengamos sino según lo que tenemos, dando generosamente, “no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre” (2 Corintios 8:12; 9:6-7). Estas mismas reglas son las del Nuevo Testamento para el sostenimiento de todas las obras espirituales de la iglesia. Si podemos dar más de la décima parte de nuestros ingresos estamos en la perfecta libertad de hacerlo. Pero si las condiciones económicas de cualquier miembro de la iglesia no son favorables, dificultando o haciendo imposible una ofrenda generosa, no por ello será rechazado tal hermano. No será puesto en disciplina. No se le prohibirá el privilegio de participar de la Santa Cena del Señor todos los domingos por el hecho de no poder ofrendar ni siquiera un poquito. Mucho menos será castigado por no diezmar. No tiene que diezmar. Ningún cristiano tiene que diezmar obligatoriamente. Todo cristiano fiel al Señor se somete al Nuevo Testamento, y no al Viejo. El Nuevo trae nuevas directrices sobre cómo ofrendar para agradar a Dios.
39. ¿Puede el cristiano robar a Dios?
-Opinamos que sí, en el contexto del Nuevo Testamento. ¿Lo hace si no diezma? Negativo. El cristiano no tiene que diezmar. Desagrada a Dios aquel cristiano que no ofrenda de acuerdo a las directrices nuevas asentadas en el Nuevo Testamento. Si no aporta generosamente, pudiendo hacerlo, efectivamente, se hace culpable de robar a Dios.
40. Si los diezmos han sido abolidos y vivimos bajo el Nuevo Testamento, ¿por qué tantos pastores, evangelistas y obispos enseñan que el pueblo de Dios del presente debe diezmar?
-O desconocen las verdades presentadas en este estudio, o con avaricia hacen mercadería de los creyentes (2 Pedro 2:1-3). Los que alegan haber recibido revelaciones y sueños según los que los cristianos deben diezmar, definitivamente, son guiados por “un poder engañoso” (2 Tesalonicenses 2:11-12), y no por el verdadero Espíritu Santo, pues el verdadero Espíritu de Dios no contradice nunca las reglas ya establecidas en el Nuevo Testamento. Todo “ministro competente del Nuevo Pacto” (2 Corintios 3:6) sabe que la iglesia ha de regirse por el Nuevo Testamento, y no por el Antiguo. Ningún ministro honesto se vale de revelaciones o sueños engañosos para estafar al pueblo de Dios. Escribe Homero Shappley de Álamo .
Bueno,espero sus comentarios.No cabe duda de que es un excelente estudio sobre este tema tan mal tratado por la mayoria de los evangelistas y pastores de hoy.

Y tercero...,jajjjajaja, esto esta largo,pero bueno.
EL DIEZMO EN LA BIBLIA
Por Farid Herrera Corrales
¡La ley del Diezmo en el Antiguo Testamento difiere radicalmente de aquella observada hoy en las iglesias cristianas!
¡Usted necesita conocer toda la verdad!
Definición
Diezmo: el pueblo de Israel tenía que destinar al culto y al mantenimiento de sacerdotes y levitas la décima parte de ciertos frutos y animales (Dt 14,22; Lev 27,32). Era un verdadero impuesto religioso que se tenía que dar una vez al año (Dt 14:22). Los fariseos llevaron esta práctica del diezmo religioso hasta la más ridícula exageración, dando la décima parte de las cosas más diminutas y de insignificante valor, tales como la menta, el eneldo y el comino, pero con olvido de la humildad, la justicia, la misericordia, la fe y el amor, lo cual es una grave equivocación (Mt 23,23; Lc 11,42; 18,12).
Nos adentraremos en las Sagradas Escrituras para examinar con detenimiento todo lo relativo al diezmo, si debemos practicarlo los cristianos, si está bien como se practica, si realmente nos trae bendición el darlo, etc. Tal vez nos asombremos de muchos detalles que desconocíamos, pero la Palabra de Dios nos lo enseñará.
El diezmo en las Sagradas Escrituras
El diezmo no es una ley destinada a la Iglesia, sino al pueblo de Israel, porque pertenece a la Ley y la Iglesia está bajo la Gracia.
“Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la Ley, sino bajo la gracia.” Rom 6:14 (cfr. Rom 3:19; 2 Co 3:2-11; Gal 3:19; Ef 2:11-15; Hch 7:11-12)
El cristiano no debe estar al servicio del mal (el pecado), sino al servicio del bien, “pues no estáis bajo la Ley, sino bajo la gracia”. Vemos muy claro como se contrapone, como en otros pasajes, la Ley y la gracia. Pero con una aplicación terrible: lo de la Ley es el mal, el pecado; lo de la gracia es el bien.
Dios pidió que la tribu de Leví fuera sustentada con el 10% de los frutos del pueblo de Israel, para que los sacerdotes levitas se dedicaran tiempo completo al servicio del tabernáculo; y esto debían hacerlo desde los 25 años hasta los 50, que era cuando debían retirarse (Num 8:24-25).
Dios para evitar corrupción dentro del pueblo de Israel, ordenó que siempre el diezmo fuera dado en productos: trigo, vino, aceite, animales, etc; los cuales eran guardados en el “alfolí”, que era un lugar que se encontraba en el templo y que servía de bodega para almacenar los productos generados por el diezmo.
Ya existía el dinero desde los tiempos de Abraham, él compró con dinero el terreno para el sepulcro de su esposa. Los jornaleros recibían “un denario” por día laborado; hasta en los tiempos de Moisés vemos que Dios le dijo: “No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana.” (Lev 19:13).
La mayoría de los jornaleros trabajaban para los dueños de las tierras (estos dueños eran los que diezmaban). Lo extraño es ¿por qué no se dice en la Biblia que esos jornaleros debían de entregar mensualmente 3 denarios por mes que correspondería al diezmo según el concepto actual?
Es falso pensar que ahora se puede diezmar con dinero en lugar de los alimentos por el hecho que no se manejaba como en la actualidad, sino que era más común el trueque de alimentos. Pero en el Génesis se utiliza la palabra dinero alrededor de 44 veces antes de que se mencione el diezmo por primera vez en Levítico 27. Por ejemplo con el dinero se compraban personas para hacerlas esclavas (Gén 17:12), recargos del santuario (Éxo. 30:12+), impuestos del censo (Núm. 3:47+), etc. Cuando ya no se tenía dinero era que se recurría al trueque (Génesis 47:15-17).
No existe en toda las Sagradas Escrituras decreto alguno, ni mandamiento, ni tan siquiera un solo ejemplo de alguna iglesia que recogiera el diezmo, o de un cristiano que lo haya pagado.
Muchos líderes cristianos afirman y dicen: “El diezmo es bíblico, porque se nombra muchas veces en la Biblia”. Eso es cierto, pero lo que no dicen es que siempre se menciona para el pueblo de Israel, nunca para la Iglesia.
Levítico 27:
30Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová. 31Y si alguno quisiere rescatar algo del diezmo, añadirá la quinta parte de su precio por ello. 32Y todo diezmo de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, el diezmo será consagrado a Jehová. 33No mirará si es bueno o malo, ni lo cambiará; y si lo cambiare, tanto él como el que se dio en cambio serán cosas sagradas; no podrán ser rescatados. 34Estos son los mandamientos que ordenó Jehová a Moisés para los hijos de Israel, en el monte de Sinaí.
Repetimos: los diezmos bíblicos fueron establecidos para el pueblo de Israel; no para la Iglesia de Jesucristo.
En la actualidad se incluyen dentro de los cultos preceptos de la Ley que aportan algún beneficio material, como el diezmo y la fiesta de las primicias. Ni los evangélicos Pentecostales han puesto interés alguno por incluir en sus iglesias la fiesta de Pentecostés, porque esa, ni ninguna de las seis fiestas restantes que se mencionan en Lev 23 les proporcionaría beneficio económico. Si se les pregunta ¿por qué no guardan la fiesta de Pentecostés, o la de los Tabernáculos, o la fiesta de las Trompetas? Ninguno dudaría en responder: “Porque eran para el pueblo de Israel”. Y qué del diezmo. La fiesta de las primicias, como las otras seis fiestas corresponden al calendario judío, para celebrarlas una vez al año.
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Algunos líderes sacan de contexto pasajes para infundir miedo a sus seguidores si no dan el diezmo; como por ejemplo: “Vosotros me habéis robado vuestros diezmos” Malq 3:8. Pero omiten el resto del pasaje. Analicemos lo que dice este pasaje (leer todo el cap. 3 de Malaquías):
Malaquías 3:
3 …a los hijos de Leví 4 Y será grata a Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalén 6 Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. 7Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos? 8¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. 9Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. 10Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. 11Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. 12Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos. Diferencia entre el justo y el malo 13Vuestras palabras contra mí han sido violentas, dice Jehová. Y dijisteis: ¿Qué hemos hablado contra ti? 14Habéis dicho: Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos afligidos en presencia de Jehová de los ejércitos?
Los israelitas estaban bajo la Ley de Moisés, de la cual se tenía la regla de oro que era “hacer algo para recibir algo a cambio”. La Iglesia no está bajo la ley mosaica, por lo que esto de “hacer algo para recibir algo” no aplica, más bien ofende a Dios.
En el v.6 Dios dice “Porque yo Jehová no cambio” y por lo tanto muchos dicen que si Jehová no cambia, su palabra también permanece para siempre y lo que aquí dice sigue vigente y es de aplicación universal; pero estamos claro que Dios no cambia, Él siempre cumple su parte del trato, su parte del pacto; en cambio los israelitas siempre infringieron el contrato, ese pacto que Dios siempre tuvo que renovar por causa de ellos. Nosotros sí cambiamos, porque Él nos cambia cuando nos convertimos y nos hace nuevas criaturas en Cristo; por eso dice: “He aquí, yo hago nuevas todas las cosas”; además, el v.12 dice “Todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable” y la Iglesia será perseguida y aborrecida en este mundo, nunca una tierra deseada. Esta promesa y la obligatoriedad del diezmo únicamente les concierne al pueblo de Israel por lo que no es universalmente obligatorio como muchos tratan de hacérnoslo ver.
En el v.7 los israelitas preguntan “¿En qué hemos de volvernos?” ya que quieren saber qué es aquello de los que están incumpliendo; y Dios responde que le están robando (v.9) porque ellos no estaban entregando el diezmo como debían, sino que se lo estaban dejando para ellos y podía ocasionar que no sustentaran a los levitas; o sea que, a los que había designado Dios para trabajar por su pueblo los descuidaran, contrario a lo que Él había ordenado. En este v.8 muchos dicen que Dios habla de los “hombres” para decir que por eso aplica a nosotros y no sólo de los judíos, pero cabe aclarar que en el v.6 dice que se dirige exclusivamente a los “hijos de Jacob”, o sea son a esos hombres hijos de Jacob (pueblo de Israel) a los que se dirige Dios; no podemos ni debemos tergiversar las Escrituras.
En el v.10 Dios promete dar “bendición hasta que sobreabunde” al pueblo de Israel, si primeramente cumplen con la Ley: “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”. Los israelitas estaban bajo la Ley y debían cumplirla para que Dios les bendijera, así que los reta para que al cumplir la Ley Él pueda probar su fidelidad, su parte del trato. Los judíos a quienes se dirigía el profeta no confiaban en Dios, por eso el Señor los reta a que lo “prueben”. Así que este pasaje no tiene valor para el cristiano, ya que estamos bajo la gracia, y no podemos ni debemos probar a Dios; Él no nos va a bendecir por cumplir parte de la Ley; además no podemos probar a Dios porque sería ofenderlo principalmente por haberlo dado todo por nosotros, nos dio a su Hijo: “…¿Cómo no nos dará con él también todas las cosas?” (Rom 8:32).
Ahora, si usted cree que las bendiciones que Dios le va a dar por diezmar son espirituales; acuérdese que Pablo dijo: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” Ef 1:1. La bendición que Dios promete al pueblo de Israel en el v.11 es material: “Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos”.
Malaquías dice en 4:4: “Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel”. Insisto Pablo dijo: “a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley.” (1 Cor 9:21) y no fue en Horeb sino en el Calvario en donde Cristo nos libró por la cruz de la maldición de la Ley. Muchos dicen que “acordaos de la ley de Moisés” significa no olvidarla, que Jesús no vino a abrogar la Ley sino para cumplirla, y que Él dijo que no pasaría ni siquiera una tilde de la Ley; pero es una verdad a medias, porque nosotros no podíamos cumplir nada, fue Él que cumplió la Ley por nosotros, porque el fin de la Ley es Cristo como dice Pablo y Cristo nos redimió de la maldición de la Ley. Porque si usted depende de la Ley dice Pablo: “todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.” (Ga 3:10) está bajo maldición si no cumple absolutamente toda la Ley como dijo Santiago: “Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.”; así que no sirve de nada ser un diezmador fiel sin no cumple los 613 preceptos de la Ley.
Por último, si el bienestar económico es la consecuencia de diezmar (como afirman muchos) ¿Por qué no hay evidencia de que el Señor Jesucristo diezmara? ¿Por qué Él era pobre? ¿Por qué si él era pobre, sus “siervos” del siglo veintiuno tienen cuentas bancarias, dos o tres automóviles, cosas lujosas y muchas propiedades? ¿Por qué no hay evidencia bíblica de que Pablo, Pedro o los demás apóstoles diezmaran? ¿Por qué ellos eran pobres? ¿Por qué si ellos no cumplían con la Ley nosotros si debemos hacerlo? ¿No es curioso que el Señor Jesús siendo pobre haya dejado a sus ovejas al cuidado de gente que se ha enriquecido con el evangelio?
De esto concluimos que el autor sagrado se está dirigiendo a los que guardan la Ley, al pueblo de Israel, no a la Iglesia. En otras palabras con este pasaje muchos líderes cristianos están diciendo que si alguien no paga, no es salvo; y no tiene lógica.
Muchos utilizan hasta historias que inventan sobre tragedias que les han pasados a los que no han pagado el diezmo o dicen que los cielos se abren con muchas bendiciones a los que lo dan. Relacionan todo lo bueno y lo malo que el ser humano pasa en esta vida terrena, conectándolo directamente con el diezmo; mera superstición. Las enfermedades son parte de nuestra naturaleza humana, igual los problemas con los que nos enfrentamos día a día. Dios no es un dios de interés económico sino espiritual.
Si leemos Num 18:21-31 que dice (“Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión…”) veremos que el diezmo es un impuesto para sustentar a los levitas, centralizado en el único santuario. Lea lo siguiente: Nehemías 10:36-39 “Asimismo los primogénitos de nuestros hijos y de nuestros ganados, como está escrito en la ley; y que traeríamos los primogénitos de nuestras vacas y de nuestras ovejas a la casa de nuestro Dios, a los sacerdotes que ministran en la casa de nuestro Dios; que traeríamos también las primicias de nuestras masas, y nuestras ofrendas, y del fruto de todo árbol, y del vino y del aceite, para los sacerdotes, a las cámaras de la casa de nuestro Dios, y el diezmo de nuestra tierra para los levitas; y que los levitas recibirían las décimas de nuestras labores en todas las ciudades; y que estaría el sacerdote hijo de Aarón con los levitas, cuando los levitas recibiesen el diezmo; y que los levitas llevarían el diezmo del diezmo a la casa de nuestro Dios, a las cámaras de la casa del tesoro. Porque a las cámaras del tesoro han de llevar los hijos de Israel y los hijos de Leví la ofrenda del grano, del vino y del aceite; y allí estarán los utensilios del santuario, y los sacerdotes que ministran, los porteros y los cantores; y no abandonaremos la casa de nuestro Dios.” y 12:44 “En aquel día fueron puestos varones sobre las cámaras de los tesoros, de las ofrendas, de las primicias y de los diezmos, para recoger en ellas, de los ejidos de las ciudades, las porciones legales para los sacerdotes y levitas; porque era grande el gozo de Judá con respecto a los sacerdotes y levitas que servían.”
Los demás pasajes de la Biblia específicamente en el Pentateuco, los libros históricos, Amós y Malaquías, tienen que ver con la institución de los diezmos, su restauración e incumplimiento.
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Otro dato curioso y que no cumplen los que piden el diezmo es que por dos años, el diezmo debía ser llevado al tabernáculo, y guardarlo en el alfolí, pero al tercer año el diezmo de ese año debía ser entregado directamente en las aldeas locales, y ponerlo a disposición, no sólo de los Levitas, sino también de los “extranjeros, los huérfanos, y las viudas” (“Al fin de cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades. Y vendrá el levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, el huérfano y la viuda que hubiere en tus poblaciones, y comerán y serán saciados; para que Jehová tu Dios te bendiga en toda obra que tus manos hicieren.” Deut 14:28-29; 26:12-14), de lo cual no cumplen, y casi me atrevo a asegurar en un 100%; repito no cumplen ninguna de las iglesias que piden el diezmo. El 10% del sueldo mensual no era la costumbre de entonces, pero de querer calcar en nuestros días aquella práctica antigua, no estaría mal que las iglesias hicieran compartir el diezmo a sus ministros, con los extranjeros, huérfanos y viudas que hubiera en la población. ¡Aunque fuese cada tres años! Recordemos que en el Nuevo Testamento tenemos instrucciones respecto a como las iglesias y los creyentes deben cuidar de las viudas y los huérfanos.
Las referencias del diezmo en 1Samuel 8:15,17 conciernen a cómo el rey que Israel pide a Samuel, diezmaría los bienes del pueblo; pasaje que no comentaremos por no venir al caso.
Otro dato mucho más interesante es:
Números 18:
20Y Jehová dijo a Aarón: De la tierra de ellos no tendrás heredad, ni entre ellos tendrás parte. Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel. 21Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión. 22Y no se acercarán más los hijos de Israel al tabernáculo de reunión, para que no lleven pecado por el cual mueran. 23Mas los levitas harán el servicio del tabernáculo de reunión, y ellos llevarán su iniquidad; estatuto perpetuo para vuestros descendientes; y no poseerán heredad entre los hijos de Israel. 24Porque a los levitas he dado por heredad los diezmos de los hijos de Israel, que ofrecerán a Jehová en ofrenda; por lo cual les he dicho: Entre los hijos de Israel no poseerán heredad. 25Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 26Así hablarás a los levitas, y les dirás: Cuando toméis de los hijos de Israel los diezmos que os he dado de ellos por vuestra heredad, vosotros presentaréis de ellos en ofrenda mecida a Jehová el diezmo de los diezmos. 27Y se os contará vuestra ofrenda como grano de la era, y como producto del lagar. 28Así ofreceréis también vosotros ofrenda a Jehová de todos vuestros diezmos que recibáis de los hijos de Israel; y daréis de ellos la ofrenda de Jehová al sacerdote Aarón.
Dos puntos en estos versículos: 1) se repite que el diezmo será a “los hijos de Israel” y 2) que por tres veces se repite que los levitas no tendrán en posesión de tierra alguna. Así que si lo aplicáramos en la actualidad ningún líder podría contar con ni tan siquiera un terrenito; esto haciendo cumplir como lo estipuló Dios en la antigua Ley.
Aún más interesante es el siguiente pasaje:
2 Crónicas 31:
4Mandó también al pueblo que habitaba en Jerusalén, que diese la porción correspondiente a los sacerdotes y levitas, para que ellos se dedicasen a la ley de Jehová. 5Y cuando este edicto fue divulgado, los hijos de Israel dieron muchas primicias de grano, vino, aceite, miel, y de todos los frutos de la tierra; trajeron asimismo en abundancia los diezmos de todas las cosas. 6También los hijos de Israel y de Judá, que habitaban en las ciudades de Judá, dieron del mismo modo los diezmos de las vacas y de las ovejas; y trajeron los diezmos de lo santificado, de las cosas que habían prometido a Jehová su Dios, y los depositaron en montones. 7En el mes tercero comenzaron a formar aquellos montones, y terminaron en el mes séptimo. 8Cuando Ezequías y los príncipes vinieron y vieron los montones, bendijeron a Jehová, y a su pueblo Israel. 9Y preguntó Ezequías a los sacerdotes y a los levitas acerca de esos montones. 10Y el sumo sacerdote Azarías, de la casa de Sadoc, le contestó: Desde que comenzaron a traer las ofrendas a la casa de Jehová, hemos comido y nos hemos saciado, y nos ha sobrado mucho, porque Jehová ha bendecido a su pueblo; y ha quedado esta abundancia de provisiones. 11Entonces mandó Ezequías que preparasen cámaras en la casa de Jehová; y las prepararon. 12Y en ellas depositaron las primicias y los diezmos y las cosas consagradas, fielmente; y dieron cargo de ello al levita Conanías, el principal, y Simei su hermano fue el segundo.
Este pasaje nos muestra que cuando los ministros de Dios cumplen los mandatos que Él ha dado, el pueblo es bendecido y ayuda generosamente. Hasta Moisés tuvo que pedir que ya no dieran más de tanto que se tenía: “Así se le impidió al pueblo ofrecer más; pues tenían material abundante para hacer toda la obra, y sobraba” (Ex.36:3-7). ¿Alguien oyó alguna vez a algún ministro pedirle a su congregación que deje de ofrendar? También el rey David, dio al pueblo la oportunidad de participar con ofrendas voluntarias; por la generosa aportación para el templo de Jerusalén:
1Cr.29:9:
“Y se alegró el pueblo por haber contribuido voluntariamente; porque de todo corazón ofrecieron a Jehová voluntariamente”. Como sabiendo lo que Pablo diría (“…todo es vuestro, y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios”) David exclama: 14”Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.”
Hay mucha diferencia entre un sacerdote levita y un “levita espiritual” como se designan muchos líderes religiosos:
Funciones de los levitas:
Números 3:
5 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 6 Haz que se acerque la tribu de Leví, y hazla estar delante del sacerdote Aarón, para que le sirvan, 7 y desempeñen el encargo de él, y el encargo de toda la congregación delante del tabernáculo de reunión para servir en el ministerio del tabernáculo; 8 y guarden todos los utensilios del tabernáculo de reunión, y todo lo encargado a ellos por los hijos de Israel, y ministren en el servicio del tabernáculo. 9 Y darás los levitas a Aarón y a sus hijos; le son enteramente dados de entre los hijos de Israel. 10 Y constituirás a Aarón y a sus hijos para que ejerzan su sacerdocio; y el extraño que se acercare, morirá.
Entre las funciones entonces encontramos: hacer expiación por el pueblo, ser ofrecidos en ofrenda a Jehová, lavarse (rociar con agua, raparse la cabeza, lavar sus vestidos). Las tres clases de ofrendas y sacrificios que ellos hacían eran: la ofrenda de expiación, la oblación y el holocausto.
No se encuentra ni tan siquiera que los profetas pidieran el diezmo para ministrar que tenían más derecho que los mismos levitas, ahora, qué derecho tienen los llamados “levitas espirituales”. Los cristianos no tenemos una clase de sacerdocio levítico porque “todos vosotros sois hermanos” dijo Jesús (Mt 23,8). El ministro del evangelio no debe ser asalariado porque el “asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas” Jn 10,13.
Todos reconocen que la Ley ceremonial dictada por Moisés, los ritos y ordenanzas ceremoniales, fueron derogadas por Jesús, ¿por qué el diezmo que pertenece a esta Ley no ha sido derogado?
“Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece” 2 Co 3:11.
“No como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquéllo que había de ser abolido” 2 Co 3:13.
“Al decir: ‘Nuevo pacto’, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer” Heb. 8:13.
“Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley? Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre. Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa. Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar. Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud. Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre” Gal 4:21-26.
En concreto el Antiguo Pacto era entre el pueblo de Israel y Jehová, que los bendecirían si guardaban su parte del Pacto y sino los maldeciría; era todo o nada. Nadie podía cambiar ese convenio, eligiendo y tomando lo que le gustara: “Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos” Santiago 2:10. Quien quiera imponer el diezmo de la Ley Mosaica en otros también tendrá que apedrear a su hija o hijo rebelde: “Si un hombre tiene un hijo contumaz y rebelde, que no obedece la voz de su padre ni la voz de su madre, y que a pesar de haber sido castigado por ellos, con todo no les obedece, entonces su padre y su madre lo tomarán y lo llevarán ante los ancianos de su ciudad, al tribunal local. Entonces dirán a los ancianos de la ciudad: ‘Este hijo nuestro es contumaz y rebelde. No obedece nuestra voz; es un libertino y un borracho. Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán, y morirá” Deuteronomio 21:18-21. Levítico y Números están llenos de preceptos a las cuales la mayoría de nosotros los cristianos no nos gustaría sujetarnos. Los embutidos estarían definitivamente prohibidos. Si el esposo de una mujer muere sin tener hijos, su cuñado debería engendrarle hijos. Y aunque insista: “Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos” Stg 2:10.
Acordémonos de lo que nos dijo Pablo: “Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” Rom 8:2. Un pacto acarreó la muerte, y el otro siempre trae vida. Lea lo que dice Pablo sobre los diez mandamiento en 2 Corintios 3:4-18.
Notemos algo muy importante: en toda la Biblia se observa que el diezmo era dado por los propietarios de las tierras y de los animales; que era lo que se recibía como diezmo. Los sirvientes o jornaleros no diezmaban, ya que ellos tenían remuneración monetaria de lo cual no daban nada. También cuando se recorrían distancia muy largas y no se podía llevar el diezmo en especies por la incomodidad se vendía todo y se llevaba el dinero y se compraba luego en el lugar, y hasta podían disponer de algunas cosas según dictara su corazón: “Y si el camino fuere tan largo que no puedas llevarlo, por estar lejos de ti el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido para poner en él su nombre, cuando Jehová tu Dios te bendijere, entonces lo venderás y guardarás el dinero en tu mano, y vendrás al lugar que Jehová tu Dios escogiere; y darás el dinero por todo lo que deseas, por vacas, por ovejas, por vino, por sidra, o por cualquier cosa que tú deseares; y comerás allí delante de Jehová tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia.” Dt 14:24-26.
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En el Nuevo Testamento, lo relativo al diezmo casi no aparece:
En Lc.11:42 Jesús reprende a los fariseos hipócritas y les dice: “¡Ay de vosotros fariseos! Que diezmáis la menta, y la ruda, toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios”. Jesús está reprendiendo a los fariseos (que son israelitas y no cristianos), para reprocharles su hipocresía de preocuparse más por el diezmo, y no por la justicia y por el amor de Dios. Los fariseos cumplen la Ley con la mayor menudencia en cosas pequeñas, pero la quebrantan cuando se trata de exigencias de importancia. Exteriormente se muestran intachables, pero interiormente están muy lejos de cumplir verdaderamente la Ley. Los fariseos diezmaban “la menta, y la ruda, toda hortaliza”; que no son los granos ni los frutos de los árboles de que habla Lev 27:30, sino eran hierbas usadas como especias aromáticas.
Los fariseos buscaban la aprobación de las personas devotas y evitar algún escándalo, pero su interior está sucio. A estos se les aplica la reprimenda que dirigió Jesús a los discípulos: “¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque así hacían sus padres con los falsos profetas.” (Lc 6:26).
En el pasaje paralelo de Mateo Jesús les dice a estos fariseos hipócritas: “Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque diezmáis la menta, y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello” Mt.23:23. Es decir, sin dejar de hacer la justicia, la misericordia y la fe, porque ellos se estaban preocupando únicamente de lo material, el diezmo. La enseñanza de Cristo en este pasaje es clara: ante este esmero para cosas tan mínimas, debería dar paso más fuertemente a un espero mayor por las cosas fundamentales. Pero no era así en los fariseos; hacían estas cosas “para ser vistos de los hombres” (Mt. 23:5). La práctica del diezmo era, pues, pura hipocresía. Jesús menciona el diezmo aquí para descubrir la hipocresía de los escribas y fariseos (judíos que todavía vivían bajo la Ley y estaban obligados a diezmar). El Señor no les está reclamando a los fariseos que diezmen; eso ya lo estaban haciendo; al llamarles “hipócritas” es porque solo están haciendo eso y olvidando lo más importante. Si tú diezmas y olvidaras lo que para el Señor es importante, serías igual que aquellos fariseos a los cuales el Señor llama “hipócritas”.
Con respecto a la misericordia Jesús nos enseñó: “¿Quién pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Él dijo: el que usó de misericordia de él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y has tú lo mismo” Lc 10:36-37. Así que debes preguntarte: ¿es un acto de misericordia darle el diez por ciento de tu salario a alguien que posee más que tú? ¿No sería algo injusto darle al que más tiene y negarle al que realmente necesita? Muchos cristianos creen que porque diezman y se congregan en su iglesia ya han cumplido con los mandamientos de Dios. Creen que porque cumplen con esto Dios los va a bendecir. Esto es lo que creen porque así es como los han condicionado a pensar. El problema que enfrentan estas personas es que son guiadas por líderes que están en oscuridad: “¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis el camello!” (Mt:23:24) Hay que tener mucho cuidado y discernir porque Jesús dijo: “¡Ay de vosotros escribas y fariseos, hipócritas! Porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.” Mt 23:15.
La Ley del diezmo del Antiguo Testamento fue quitada cuando Cristo murió en la cruz y no antes: “anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz” Col 2:14 y “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud” Ga 5:1 (leer también Stg 1:25; 2:12 y 2 Co 3:17). Su Nuevo Testamento no tenía validez mientras Cristo estaba vivo, sino que entró en vigor cuando derramó su sangre en la cruz: “Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive” Heb 9:15-17.
En Heb 7:5 se vuelve a señalar que el diezmo era de la Ley; dice textualmente “de la ley”: “Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley”. El diezmo era un precepto establecido en la Ley. En este mismo capítulo 7 de Hebreos indica también con mucha precisión que ahora en la gracia, no existen los sacerdotes levitas, porque hubo un cambio de sacerdocio y de ley: “Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley” Heb 7:12.
Algunos distorsionan Hebreos 7:8 para hacer ver que los “hombres mortales” son los ministros de Cristo que reciben diezmos o que el “pero allí” se refiere a Cristo (allí = en el cielo) que hoy recibe diezmos. Pero al estudiar el contexto, es obvio que nada tiene que ver los diezmos para ministros o para Cristo. Los versículos 5 y 9 dicen que los que tienen mandamiento de tomar los diezmos son los hijos de Leví. Estos son los “hombres mortales” del versículo 8, no los ministros cristianos. La ley del diezmo era débil e ineficiente (Heb. 7:18) y el Nuevo Pacto con su ofrenda voluntaria anuló el diezmo y lo destinó a desaparecer: “Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.” (Heb. 8:13; 10:9). ¿Por qué retomar una ley inferior por la que Cristo murió para quitar? Acordémonos que cuando se escribió la epístola de los Hebreos todavía estaba en pie el templo y se seguía cumpliendo con lo que estipulaba la Ley; si se refiriera a los predicadores de al Iglesia el texto no armonizaría.
Muchos dirán pero Jesús dijo: “No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir” (Mateo 5:17), pero aquí Jesús se refiere a su propia persona, Él sí cumplió toda la Ley, como ningún ser humano jamás. Y cuando dice: “Cualquiera, pues, que anule uno de estos mandamientos, aún los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos” (Mateos 5:19), claramente se refiere a los 10 mandamientos, como se da a entender en los versículos posteriores. Luego Jesús enseña que toda la Ley y los profetas dependen de estos dos grandes mandamientos: “amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente” y “amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22: 37-40).
La obligación de dar el diezmo, siempre ha sido para los judíos, para los que están bajo la Ley. La única vez que se menciona el diezmo fuera de la Ley, y sólo fue una vez, fue cuando Abraham dio el diezmo de su victoria sobre los reyes que habían llevado prisionero a su sobrino Lot. Lo dio una sola vez, y no fue un pago mensual, vea que dice que “dio” en esa oportunidad el diezmo, pero jamás dice que “pagó el diezmo”. Está muy claro que estos bienes o despojos no eran de Abraham, eran de los reyes que había derrotado, no fue fruto de su trabajo ni de sus tierras. Pero también hay que acordarse de que por último Abraham no se quedó con nada, se lo dio todo a Melquisedec (“Que no tomaré ni un hilo, ni la correa de un calzado, nada de todo lo que es tuyo, para que no digas después: ‘Yo enriquecí a Abram’ ” Gen 14:23), y fue la única vez que dio algo, no se menciona en ningún otro pasaje que siguiera dando ni el diezmo ni ninguna otra contribución. Se ha de notar que no existe ninguna disposición en la Biblia para que alguien puede tomar el lugar de Melquisedec para exigir diezmos.
Génesis 14:
17 Cuando volvía de la derrota de Quedorlaomer y de los reyes que con él estaban, salió el rey de Sodoma a recibirlo al valle de Save, que es el Valle del Rey. 18 Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; 19 y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; 20 y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo.
Cabe resaltar cuatro cosas:
1. Es sabido que los cultos paganos de la antigüedad en la India, China, Grecia y Roma, practicaban el diezmo para su sustentación pero sin forzar a sus miembros a darlo. En las batallas los vencedores acostumbraban a entregar el diezmo del botín a los sacerdotes de los dioses por agradecimiento de estos dioses por haber hecho posible la victoria. Por ejemplo en Grecia, en el templo de Zeus se encuentra una inscripción, junto a una Gorgona Medusa que dice así: “El templo tiene un escudo de oro, y de Tanagra los lacedemonios y sus aliados lo ofrendaron, un regalo de argivos, atenienses y jonios, el diezmo por la victoria en la guerra”[1][1]. Así vemos que era una práctica común entre los vencedores de las batallas de guerreros que no conocían más que a dioses paganos, y acordémonos que Abram en ese momento no conocía todavía a Dios.
2. Otro punto es que no es Abram el que va a entregar el diezmo al sacerdote Melquisedec como si quisiera darlo, sino es Melquisedec el que “salió” al encuentro de Abram. Y no es que salió a cobrar sino a bendecirlo.
3. En toda la Biblia, y principalmente desde Génesis a Hebreos, únicamente en esta oportunidad se menciona que Abram entregó el diezmo, y acordémonos que Abraham vivió 175 años de los cuales no quedó registro de que los siguiera dando.
4. El diezmo de Abraham no se usa como ejemplo en ningún lugar de la Biblia en apoyo del diezmo.
El v.2 de Hebreos 7 dice que Abraham le dio a Melquisedec “los diezmos de todo”, pero en Génesis 13:2 dice: “Y Abram era riquísimo en ganado, en plata y en oro”. Pero ¡que sorpresa! De toda esta grande riqueza Abraham no le dio a Melquisedec un pelo de su ganado ni un solo pedacito de su plata y oro; le dio los “diezmos del botín” v.4 de Hebreos 7. Este pequeño y único detalle basta para cambiar todo el panorama.
También debemos de acordarnos que Jacob, el nieto de Abraham, voluntariamente hizo un voto especial de dar el diezmo bajo ciertas condiciones; esto prueba que ellos no acostumbraban diezmar (Gen 28:22) y tampoco quedó registrado si Jacob cumplió su promesa o no, ya que talvez se preguntó ¿a quién darlo?, ¿dónde? y ¿para qué? y no halló contestación, y por ese motivo no quedó registro del cumplimiento de su promesa.
Estos son los únicos pasajes en todo el Nuevo Testamento en donde se menciona el diezmo; y fueron básicamente para reprender a los fariseos por hipócritas, y para recordar a Abraham cuando en una ocasión “dio” el diezmo. Así que nunca se pidió a ningún cristiano pagar el diezmo. En el sermón de la montaña, donde Jesús ratificó las verdaderas demandas de la Ley, no hizo ninguna mención al diezmo ¿se le habrá olvidado a Jesús ese detalle tan importante? Si el diezmo fuera una obligación para el cristiano ¿no parece extraño, que no se menciona ni una sola vez en todo el Nuevo Testamento? Entonces ¿por qué las iglesias piden el diezmo?
El dinero no tiene poder ni beneficio alguno para las bendiciones o dones de Dios: “Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero” Hch.8:20. Y cuantos hoy en día dan donaciones no por caridad sino por interés, para que les vaya bien en la vida (sanar, conseguir trabajo, solucionar un problema familiar o hasta amoroso).
El diezmo fue una práctica divina para sustentar a los sacerdotes levitas, y debía ser entregado en especies, nunca en dinero. Los judíos debían primeramente cumplir para luego recibir la bendición. Las bendiciones que recibían los judíos por primeramente cumplir con esta disposición fueron en cosas materiales: “y vendrá sobre ti estas bendiciones:…más tierras, más animales, más frutos, más hijos, más siervos” Dt 28:2. A diferencia de esto, ahora, no existe el diezmo ni la promesa de que recibiremos más prosperidad terrenal, todo lo contrario, ahora se nos pide que no nos hagamos de tesoros aquí en la tierra, sino en el cielo. Los primeros cristianos dieron todos sus bienes para repartirlos entre la Iglesia, pero ninguno de ellos llegó a ser rico.
Si alguien le dice que debe de pagar el diezmo, no estaría dando libremente como propuso en su corazón, sino que sería una imposición.
Veamos otros pasajes: “¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.” 1 Co 9:13-14. Muchos interpretan “así también” en el sentido de que el diezmo se ha de usar para pagarle al ministro del evangelio. Pablo ha explicado que el obrero es digno de su salario. Él hace la diferencia entre el obrero del templo que obtiene su alimento del altar, o sea el levita que tenían esta función a cargo, con el predicador del evangelio que vive del evangelio, similar a un profeta que nunca vivió del diezmo, y creo que tuvo más derecho que cualquier líder cristiano. El diezmo no se menciona como el medio de pago, ni se dice que el ministro del evangelio ha de obtener su alimento del altar. Además lea el v.12 donde Pablo habla no de que la congregación deba sostenerlo, sino de que es mejor sostenerse a sí mismo.
Pero que el “así también” haga referencia a los levitas aludidos en el v.13; y que estos levitas recibieran el diezmo del pueblo de Israel, y que por lo tanto los ministros del evangelio deben recibir los diezmos del nuevo pueblo de Dios (los cristianos) no es un silogismo[2][2] válido. Primero al utilizar esto literalmente, las mujeres ministras no gozarían de tal privilegio tal como lo señala Pablo “todo varón entre los sacerdotes lo comerá” y deberían consumirlo dentro del edificio en que se congregan. Si la idea de los diezmos por parte de los levitas se equipara a la misma por parte de los ministros del evangelio, por analogía los ministros quedarían impedidos de ser propietarios siquiera de un metro cuadrado de tierra; ¡ah! y de cumplir el requisito de la circuncisión. En resumidas cuentas los versículos 12 y 18 nos dicen: “… no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo”; “… para no abusar de mi derecho en el evangelio.”
Si aplicáramos los versículos 13 y 14 a los obreros del evangelio, ellos tendrían que comer su alimento como se registra en la Biblia: “Asimismo esta es la ley del sacrificio por la culpa; es cosa muy santa. En el lugar donde degüellan el holocausto, degollarán la víctima por la culpa; y rociará su sangre alrededor sobre el altar. Y de ella ofrecerá toda su grosura, la cola, y la grosura que cubre los intestinos, los dos riñones, la grosura que está sobre ellos, y la que está sobre los ijares; y con los riñones quitará la grosura de sobre el hígado. Y el sacerdote lo hará arder sobre el altar, ofrenda encendida a Jehová; es expiación de la culpa. Todo varón de entre los sacerdotes la comerá; será comida en lugar santo; es cosa muy santa.” Lev. 7:1-6.
Yo no creo que ningún ministro del evangelio obedezca esto, especialmente si es vegetariano. Entonces cómo sustentar a los obreros del evangelio: “Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar. Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario.” 1 Tim. 5:17-18. Si Pablo les estuviera diciendo a los cristianos (judíos y gentiles recién convertidos) que dieran sus diezmos para los obreros del evangelio en vez de para los levitas, los judíos le habrían declarado la guerra a Pablo.
Así que nunca te traten de “maldito” por no diezmar ya que “todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas” (Ga 3:10), sabiendo que para el hombre es esto imposible “Porque cualquiera que guardare toda le ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos” (Stg. 2:10).
Sería bueno que reflexione los siguientes pasajes y se pregunte si usted es cristiano o fariseo:
La ley fue dada a la nación de Israel (Ro:9:4)La gracia fue dada para toda la humanidad (Ro:10:12-13)
La ley: haz esto y vivirás por ello(Dt:27:26)La gracia: cree y serás salvo (Hch:16:31)
Si no guardas la ley eres maldito (Gál:3:10b)Cristo nos redime de la maldición (Gál:3:13)
Bajo la ley vives por las obras (Gál:3:12)Bajo la gracia vives por fe (2Co:5:7)
En la ley estás bajo maldición (Gál:3:10a)En la gracia estás bendito con toda bendición espiritual (Ef:1:3)
Bajo la ley debías ir a la casa de Dios (el edificio)con tus diezmos y ofrendas. (Mal:3:10)Bajo la gracia no existe tal edificio adonde puedas llevar tus ofrendas, sino que cada creyente forma parte de la casa de Dios(1Co:6:19; Ef:2:21-22;1Ti.3:15; etc.)
Guardar la Ley es algo que ofende a Dios, porque las obras de la Ley son obras muertas, (Heb 6:1) es decir, obras de mera ceremonia.
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Entonces cómo se financia la iglesia si no debe de ser con el diezmo; acordémonos que Pablo dijo: “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad (por ejemplo, para ser sanado o conseguir algún otro favor), porque Dios ama al dador alegre” 2 Cor 9:7 (leer 2 Corintios 8:1-12). En 1 Cor 16 añade: “cada primer día de la semana (el Domingo) cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado”. Los fondos recaudados pueden ser usados para socorrer a los necesitados: “Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén.” Romanos 15:26 y para suplir las necesidades de los ministros del reino (Filipenses 4:10-20).
También recordemos que los primeros cristianos estaban en la obligación de dar hospedaje a los ministros de la Palabra: “Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a los hermanos, especialmente a los desconocidos, los cuales han dado ante la iglesia testimonio de tu amor; y harás bien en encaminarlos como es digno de su servicio a Dios, para que continúen su viaje. Porque ellos salieron por amor del nombre de El, sin aceptar nada de los gentiles. Nosotros, pues, debemos acoger a tales personas, para que cooperemos con la verdad.” 3 Juan 5-8 (Hechos 6:14-15; 18:1-3,7). Además cuando Cristo envió a los doce y luego a los setenta, no les enseñó a cobrar diezmos sino a quedarse en los hogares de los justos y a comer lo que les pusieran delante (Mateo 10:5-15; Lucas 10:1-12).
Muchos que leen esto ahora mismo, seguramente se asombrarán de lo poco que conocían referente al diezmo en las Sagradas Escrituras. Ahora lo sabe. Ahora es responsable de lo que sabe.
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En resumen hasta aquí:
1- El diezmo fue mandado por Dios entregarlo en productos a los sacerdotes levitas, nunca en dinero, porque estos no podían poseer propiedades y para que no hubiera corrupción.
2- El diezmo “era” de la Ley (Mt23:23), “según la ley” (Heb 7:5).
3- En la Gracia debemos ofrendar todos los domingos, libremente, como cada uno propuso en su corazón, sin que tu mano izquierda sepa lo que ha dado tu derecha.
El verdadero cristianismo se basa en lo que Dios ha dicho, jamás en lo que no ha dicho. Hoy muchos dicen: “Muéstrenme un versículo de la Biblia que prohíba cobrar el diezmo” pero sería lo mismo que un drogadicto se justificara diciendo que no existe en la Biblia un versículo que prohíba la marihuana.
Aprendamos a dar libremente y por amor, sin esperar nada a cambio; hagámoslo sin que la mano izquierda sepa lo que ha dado la derecha. No debes de esperar nada a cambio, porque no se puede “comprar” el favor de Dios. A Dios no lo podemos manipular, menos con algo como el dinero. Posiblemente llegue a dar lo mismo que el diezmo o más, pero la gran diferencia está en que no será una carga impuesta y ahí sí vendrán recompensas por parte de Dios. No te engañes pensando que el diezmo que hoy das es tu ofrenda al Señor, porque estarías participando de un mandado impuesto por hombres; acuérdate que lo que dispuso el Señor para la Iglesia fue la ofrenda y no el diezmo que era de la Ley.
No sea cómplice de algo que no ha mandado el Señor, porque usted deberá dar cuenta un día de cómo ha gastado lo que el Señor le ha confiado.
2 Pedro:
2:1 Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.
2:2 Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado,
2:3 y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.
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Los judíos en la actualidad no diezman
Los Rabinos Judíos, quienes en teoría deben de conocer y saber aplicar mejor Ley Mosaica, no cobran diezmos porque ellos saben que únicamente los Levitas pueden cobrar el diezmo. A causa de la destrucción de los archivos genealógicos en la destrucción del Templo en el año 70 d.C., ellos no pueden identificar a los verdaderos Levitas. Usan un sistema diferente para sustentarse económicamente que trata de tantos dólares por cada asiento en sus sinagogas y así poderle dar mantenimiento y sostenerse económicamente. Entonces, ¿podría algún líder probar que es descendiente directo de Arón para tener el derecho de pedir el diezmo (aunque el que piden ahora no es en especies sino monetario)?
De hecho presento a continuación comentarios de judíos sobre el diezmo:
«El mandamiento del diezmo no es obligatorio actualmente, pues no contamos con el Templo de Ierushalaim/Jerusalén, y el diezmo es uno de los preceptos que para cumplirse como el Señor lo mandó es imprescindible su existencia y funcionamiento.»
«El apartar el diezmo (diez por ciento de los ingresos brutos anuales), y entregarlo como caridad, es un mandamiento que el Señor ha dictado en exclusividad para los miembros de la nación judía, en tiempos en que el Templo estaba en funcionamiento.» .

Bueno,aunque los tres estudios casi que coinciden,son muy buenos, convincentes para que con mente abierta re-examinemos nuestra posicion en esta doctrina.Charis y Eirene!

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