por Ricardo Gondim
Encuentro que necesitamos tomar más seriamente las enseñanzas de Jesús.
Él afirmó que nadie debe pedir nada a Dios con la angustia de los idólatras, sin embargo la mayoría de los creyentes siente que necesita arrastrarse cuando hace sus oraciones.
Él afirmó que nadie debe pedir cosas materiales – ni siquiera comida y vestido – pues Dios sabe de las necesidades de sus hijos, sin embargo las iglesias enseñan a “bombardear” el cielo para conseguir una u otra bendición.
Él afirmó que ninguno de sus amigos puede acumular riquezas aquí donde la polilla y el óxido destruyen y donde los ladrones se meten a robar, sin embargo las personas se angustian queriendo almacenar lo máximo que les garantice el futuro.
Él afirmó que sus seguidores deben buscar en primer lugar el reino de Dios y su justicia, pero los cristianos posmodernos se ocupan en escalar las estrechas mallas sociales, por eso el culto queda exprimido a un tiempito que sobra los fines de semana.
Él afirmó que todos los que aman su vida la pierden y que los dispuestos a perder su vida por amor a Dios la ganan. Como a los cristianos no les gusta ese texto, yace en un estante, esperando alguna interpretación más amena.
Él afirmó que las personas deben vender sus posesiones y dar limosnas, sin embargo los cristianos hacen exactamente lo opuesto, acumulan y cuando ofrendan alguna cosa, dan la sobra – generalmente muy poco.
Él afirmó que le resulta más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el cielo, sin embargo los cristianos prefieren interpretar que Jesús exageró en algunas de sus declaraciones.
Soli Deo Gloria.
domingo, 21 de diciembre de 2008
Cristo, las riquezas y los cristianos occidentales.
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